Los problemas estructurales del ATC, detrás del 71% de los retrasos
La organización recuerda que en 2018 los pasajeros europeos
sufrieron 19 millones de minutos de retaso, lo que equivale a un incremento anual del 104%. A consecuencia de lo anterior, las aerolíneas han puesto en marcha medidas para operar rutas alternativas y evitar así los cuellos de botellas en Alemania y Francia, si bien esto se ha traducido en un incremento de los tiempos de vuelo, lo que conlleva un aumento innecesario del consumo de combustible y de las emisiones de CO2. Según un informe medioambiental recientemente elaborado por la Unión Europea, las ineficiencias estructurales en la red de tráfico aéreo provocaron un alza del 5,8% de las emisiones en 2017.
Adicionalmente,
las huelgas en el sector aéreo complican de manera notable los problemas estructurales en Europa, provocando incidencias tanto a los pasajeros como a las líneas aéreas. "Las continuas huelgas en el ATC afectan directamente a las futuras inversiones y mejoras en la gestión del tráfico aéreo europeo", advierte la CEO de Brussels Airlines, Christina Foerster, quien afirma que "las aerolíneas europeas pertenecientes a A4E están invirtiendo millones de euros en medidas para estabilizar las operaciones de vuelo y contrarrestar, al menos parcialmente, los retrasos causados por el control del tráfico aéreo en Europa". "Es necesario que todas las partes afectadas por ATC trabajen juntas para buscar soluciones de manera inmediata que minimicen el impacto y el coste que estas huelgas tienen", añade.
Por su parte,
el CEO de International Airlines Group (IAG), Willie Walsh, lamenta que "las medidas llevadas a cabo por los gobiernos europeos y los propios centros de control aéreo son escasas y llegan tarde". "Necesitamos una solución a largo plazo no solo para mejorar los viajes de los clientes, sino para evitar las emisiones innecesarias de CO2", remarca. Asimismo, asegura que "
podríamos hacerlo mañana, pero los políticos llevan discutiendo 18 años sin obtener ningún resultado".