El estudio, titulado ‘Programa de Seguimiento del Mercado Ferroviario’, revela que el transporte ferroviario de pasajeros ha experimentado un impresionante crecimiento desde mediados de los años 90 en países como el Reino Unido (+70%), Suecia (+42%), Francia (+37%) y Bélgica (+26%), y se pone de relieve la importancia de los servicios de alta velocidad, que representan una cuarta parte del tráfico total de la Unión Europea. Además, apunta que los principales grupos ferroviarios ya no son exclusivamente los tradicionales monopolios públicos de propiedad estatal.
El informe llega a la conclusión de que cuando hay competencia abierta entre las compañías ferroviarias, los precios son más bajos y los viajeros obtienen un mejor servicio. Por ejemplo, los precios en el trayecto Roma-Milán, en el que compiten dos operadores ferroviarios, son entre un 25% y un 40% más baratos que en el trayecto Madrid-Barcelona, que aún no está abierto a la competencia. La frecuencia en la ruta italiana es doble, lo que muestra la existencia de una correlación positiva entre frecuencia y libre competencia, que se da actualmente sobre todo en las líneas de alta velocidad y en los servicios interurbanos de larga distancia. Finalmente, pone de manifiesto que el sector ferroviario aún depende de forma significativa de las subvenciones públicas, que ascendieron a alrededor de 36.000 millones de euros en 2012, casi tanto como sus ingresos procedentes de las ventas.
El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Transporte, Siim Kallas, subraya que "el transporte ferroviario presenta un potencial considerable como modo de transporte ecológico y sostenible". "Pero para poner el ferrocarril en la vía del siglo XXI, hay que tomar medidas audaces, como racionalizar los procedimientos de autorización, aumentar la inversión en infraestructuras, fomentar la innovación y abrir a la competencia los mercados nacionales de servicios interurbanos y generalizar la licitación de los contratos de servicios públicos", añade.