Los viajeros nacionales optan mayoritariamente por bungalows
El turismo sénior sigue ganando protagonismo en España y ya no se limita al clásico programa del Imserso. Cada vez más viajeros mayores de 55 años eligen los campings como su destino favorito fuera de temporada, atraídos por la combinación de naturaleza, comodidad y una oferta cultural y gastronómica en crecimiento.
Según datos de la Federación Española de Campings (FEEC), casi dos millones de campistas pasaron por un establecimiento entre octubre de 2024 y marzo de 2025, lo que supone un incremento anual del 10%. Este aumento, que equivale a cerca de 100.000 nuevos viajeros cada año, refleja una clara tendencia hacia la desestacionalización del turismo.
El perfil del turista sénior que visita los campings es el de una persona con buena salud, nivel económico medio-alto, estudios y experiencia viajera. Este público busca tranquilidad, pero también actividades sociales y culturales, alojamientos de calidad y entornos naturales accesibles. Entre ellos destacan dos segmentos: el “younger senior” (55-64 años) y el “older senior” (65 años en adelante), ambos con tiempo disponible y ganas de viajar durante todo el año.
En cuanto al tipo de alojamiento, los viajeros nacionales optan mayoritariamente por bungalows, mientras que los extranjeros prefieren parcelas premium para autocaravanas de alta gama, con estancias que pueden prolongarse durante semanas o incluso meses.
Potencial desestacionalizador
Los campings del Mediterráneo —especialmente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía— mantienen su actividad todo el invierno, con altos niveles de ocupación y tarifas especiales, lo que permite conservar puestos de trabajo durante todo el año.
El sector subraya que esta evolución demuestra la fortaleza del turismo de temporada baja en España y el potencial de los campings como alternativa sostenible y socialmente activa para el público sénior. Con más de 10,4 millones de pernoctaciones registradas el pasado invierno, los establecimientos confirman su papel como motor de dinamización turística y económica en meses tradicionalmente más tranquilos.