El cambio climático podría reducir los ingresos turísticos un 10-15% para finales del siglo XXI
El aumento de las temperaturas por el cambio climático es un hecho que influye en el Sector Turístico y que además, se ve potenciado por este mismo ya que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero. Según un estudio de ONU Turismo e ITF, se prevé que las emisiones de CO2 correspondientes al Turismo aumenten al menos un 25% para 2030. Por tanto, la necesidad de escalar la acción por el clima en el Sector es urgente, pues el coste de la inacción será a largo plazo mayor que el coste de cualquier otra crisis.
Esta elevación de temperaturas deriva en olas de calor que cada vez son más frecuentes a lo largo del globo. Tanto es así que, durante el pasado verano de 2023, algunos países del Mediterráneo sufrieron varias de manera consecutiva y, sin duda alguna, esto tuvo una repercusión directa en la valoración de sus principales mercados emisores. Así lo muestra el Índice de Percepción Climática (PCI, por sus siglas en inglés) de Mabrian, el cual analiza dicho impacto en los viajeros de Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Países Bajos, Suecia y Dinamarca.
Italia (que bajó de 90,5 a 87,4 puntos sobre 100 posibles) y, en particular España (de 90,8 a 83,4 puntos), tuvieron un Índice de Percepción Climática menos estable, presentando fuertes caídas durante el pico de la temporada, en julio y agosto. España es, de hecho, el destino que más sufre del índice, muy variable y con fuertes contrastes entre los meses de mayo y septiembre. Además, cabe destacar que algunos de sus principales mercados emisores, como Francia, Reino Unido y Estados Unidos, se posicionan como los más sensibles en lo que a percepción climática se refiere. Todo esto influye directamente en la experiencia global del visitante y también en la demanda.
Según Banco de España, el incremento de las llegadas internacionales en 2023 fue más acusado durante los meses de otoño e invierno, lo que apuntaría a una cierta desestacionalización. Concretamente, las llegadas en octubre, noviembre y diciembre de 2023 se situaron, respectivamente, un 10%, 16% y 25% por encima de las correspondientes a los mismos meses del período 2016-2019, frente al caso de los meses de verano, en que se colocarían un 1% por encima. Por su parte, de acuerdo con los datos más recientes, las llegadas de turistas en el primer trimestre de 2024 superaron en alrededor de un 22% las correspondientes a los mismos meses del período 2016-2019.
Por otra parte, el número de pernoctaciones hoteleras de extranjeros "ha crecido más en las regiones del norte de España en comparación con los archipiélagos y el sur peninsular", que presentaban las cuotas más elevadas en el pasado, lo que ha redundado en una mayor diversificación geográfica de los flujos turísticos. En particular, las pernoctaciones hoteleras en las regiones del Cantábrico, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja se incrementaron más de un 26% en 2023 frente al período previo a la pandemia, mientras que en Canarias, Baleares y Andalucía se debilitaron ligeramente (-0,5%, -0,1%, y -0,2%, respectivamente).
Respecto a esto, Banco de España alude al cambio climático como “uno de los factores" que está originando estos desplazamientos de turistas hacia destinos con temperaturas más moderadas en verano. Consecuencia de ello, se reduciría la concentración en las zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentaría la ocupación de los destinos de playa durante los meses de otoño e invierno.
Estrategias de adaptación
El informe 'Turismo y Sostenibilidad' de EAE Business School es otro estudio que corrobora esta percepción de los turistas y es que los efectos del cambio climático, como las olas de calor, la sequía o las lluvias intensas, son relevantes a la hora de elegir destino vacacional para un 59% de los turistas. Por tanto, un 80% de ellos cree que el cambio climático afecta en la forma de viajar o los lugares que se visitan. “El Mediterráneo es una de las regiones más vulnerables al cambio climático, dado que las temperaturas están aumentando un 20% más rápido que el promedio mundial, lo que agrava los riesgos de eventos climáticos extremos", señala Diego Santos, co-autor del informe y profesor de EAE Business School.
"Los veranos son cada vez más largos e intensos, además de que la temperatura asciende año a año. Esto repercute directamente en los beneficios obtenidos del Turismo. En España, un destino turístico clave en el Mediterráneo, se estima que el cambio climático podría reducir los ingresos turísticos entre un 10% y un 15% para finales del siglo XXI”, apunta.
Pese a que actualmente el cambio climático estaría mostrando unos efectos “positivos” hacia el Turismo, es crucial que el Sector innove e invierta en estrategias de adaptación. Esto incluye desarrollar infraestructuras resistentes al clima, repensar las experiencias turísticas para adaptarse a las preferencias cambiantes de los turistas y asegurar la comodidad de los turistas en un amplio abanico de temperaturas, a la vez que se promueven prácticas sostenibles que ayuden a reducir la contribución del Sector al calentamiento global.
Con el objetivo de mitigar futuros efectos, desde la Secretaría de Estado de Turismo ya aseguraban que son "muy conscientes" del valor que van a tener los datos en la gestión de los destinos. En este sentido, el Gobierno está desarrollando una Plataforma Inteligente de Destinos que permitirá generar y compartir información sobre diferentes cuestiones turísticas, además de realizar encuestas a los viajeros.
"La investigación y los datos sobre percepción de cambio climático son aún muy incipientes en el planeta y España quiere ser pionero en la construcción de herramientas que permitan la toma de decisiones basadas en la tecnología", añaden. Sin embargo, más allá de esta cuestión, su compromiso es que el país sea líder en Turismo sostenible: "Ese es el objetivo de los 3.400 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para la modernización y la competitividad del Sector Turístico, de los cuales 1.858 millones se destinan a proyectos que buscan impulsar la sostenibilidad ambiental de los destinos, lo que incluye planes de mitigación y adaptación al cambio climático”.