Al igual que la mayoría de aerolíneas a nivel mundial, British Airways e Iberia han sido algunas de las que se han visto obligadas a suspender un gran número de operaciones o han reducidos sus frecuencias a los destinos más afectados por el covid-19. Por ejemplo, la aerolínea española ha suspendido la ruta Madrid-Shanghai durante el mes de marzo debido a la creciente expansión del virus en el país asiático, ya que consideran "que podía haber riesgo" para los pasajeros y la tripulación.
Los ingresos crecieron por encima del 5%, con 2.500 millones de euros
Para hacer frente a las cancelaciones, Iberia y Vueling han iniciado un proceso de redistribución de la capacidad en los destinos afectados por el virus. En este sentido, el consejero delegado de Iberia, Luis Gallego, ha informado de que traspasarán la operativa de los itinerarios afectados a otros mercados que "siguen funcionando bien", principalmente en territorio norteamericano, aunque también se realizarán ajustes "tácticos y de capacidad" en Italia.
En este sentido, IAG prevé que las cancelaciones y la reubicación de la capacidad aérea provocará una reducción de un 1% en las previsiones de capacidad para este año. De esta manera, sitúa el crecimiento en alrededor de un 2% para el conjunto del 2020.
El beneficio neto baja un 41% respecto al 2018
Por otra parte, en los resultados del pasado 2019, el grupo aéreo ha obtenido unos beneficios de 2.387 millones de euros después de impuestos y antes de partidas excepcionales, un 1,4 menos que en el pasado ejercicio. En cambio, tras dichas partidas, el beneficio neto ha registrado una caída que roza el 41% respecto al pasado 2018, con 1.715 millones de euros. A pesar de ello, el consejero delegado de IAG, Willie Walsh ha señalado que "estamos ante unos buenos resultados en un año marcado por incidencias y el incremento de los precios del combustible", destacando también "la solidez y flexibilidad de nuestro modelo".
Sin embargo, a pesar de la bajada de los beneficios, los ingresos crecieron por encima del 5% registrando cerca de los 2.500 millones euros. En cambio, el gasto total por operaciones, que aumentó un 7%, el gran número de huelgas, la incertidumbre del Brexit y la quiebra de varias aerolíneas de gran importancia frenaron está línea.