Si bien es cierto que la alegría va por barrios, salvo en casos puntuales, las ventas de viajes para la
próxima Semana Santa no han despegado como en un principio se podía esperar. El
adelanto de la fiesta (se celebra dos semanas antes que en 2015), unido al
clima de incertidumbre político del país, podrían ser los causantes del mantenimiento de la demanda en relación a 2015.
Gea: ‘No creo que existan muchos incrementos en relación al año anterior’
"Estamos vendiendo prácticamente igual que el año pasado", explica el presidente de Ceus y consejero delegado de Grupo Star, Agustín Lamana, para quien esta tendencia "es una buena noticia" si se tiene en cuenta las fechas en las que cae este año. Por su parte, el presidente de Gea, Prisciliano Fernández, no cree que "existan muchos incrementos en relación al ejercicio anterior, pues la inestabilidad económica, política, social y climática, siguen afectando al consumidor, a la hora de decidir realizar un viaje".
El mercado nacional ‘se ha animado’
En términos muy similares se expresa el
presidente de Avasa, Luis Felipe Antoja, quien hace especial hincapié en que "en muchos lugares de España la Semana Santa se ha convertido en un fin de semana", a lo que se une que "este año venga pronto". Pese a ello, considera que "
se respira mayor optimismo en general, a pesar de las fechas y del ambiente socio-político, que produce una gran inseguridad".
Lo mismo opina el
presidente de CEAV, Rafael Gallego. A su juicio, "
el mercado nacional se ha animado bastante en comparación con otros años". Avanza así que los resultados de Semana Santa, que suelen ser un buen termómetro para medir el estado de la demanda con vistas al verano, previsiblemente serán positivos. Si bien aclara que el adelanto de fechas podría perjudicar a los destinos de costa, mientras que
el Turismo de nieve será, a priori, el gran beneficiado.