Aunque el estudio de HRG, agencia británica especializada en business travel, confirma a Moscú como la ciudad con precios hoteleros más elevados, con 361 euros, su crecimiento se ha visto "notablemente reducido" (-14%) frente a 2006. Nueva York o París siguen a la capital rusa en el ranking de las diez primeras ciudades, en segundo y tercer puesto, con 280 y 250 euros, respectivamente. Sin embargo, en el caso norteamericano, el estudio detecta la "preocupación" por una recesión económica en Estados Unidos que pudiese afectar a sus precios hoteleros.
Entre las ciudades que más han aumentado sus precios durante el pasado 2007 destaca Bombai, con un 37% más que en el ejercicio anterior, alcanzando los 234,4 euros. Seguida precisamente por Barcelona que, según la misma fuente, ofreció una media de 180 euros tras un crecimiento del 18%. Como han venido mostrando estudios similares, el mercado de reuniones de la Ciudad Condal continúa siendo el principal dinamizador de la demanda, según HRG.
Las expectativas para este año prevén un "fuerte crecimiento para el Sector Hotelero a nivel internacional", destaca la directora de Relaciones con Hoteles de la empresa, Margaret Bowler, aunque recuerda que algunos destinos puedan "experimentar un retroceso puntual en sus precios". Un hecho que se podría dar especialmente entre los países receptores del business travel británico, a quienes les resultará más caro viajar con una libra debilitada.
Comportamientos del huésped de negocios
Los viajeros de negocios cada vez reservan con menor antelación. Según el estudio, al menos el 10% de los clientes efectuó su reserva el mismo día de llegada, frente al 8,8% de 2006. Mientras que el 26% las suele realizar entre uno y tres días antes. No obstante, lo más habitual continúa siendo durante los cuatro y siete días previos a la llegada, con el 28%, que cae dos puntos porcentuales respecto al periodo registrado.
Otra de las costumbres de este tipo de huésped, consistente en reservar por adelantado más días de los que va a postergar su estancia, también parece estar siendo frenada por algunos establecimientos. Muchos hoteles están introduciendo ‘fees’ de penalización por este comportamiento, que van desde el pago de una noche más, hasta el abono completo de la reserva original.
Al mismo tiempo, el estudio detecta el crecimiento del apartamento como alojamiento alternativo. "Contraria a la creencia general de que los apartamentos requieren un periodo mínimo de estancia", asegura Bowler, "este mercado se está adaptando a la demanda, y aumentando su oferta, propiciado por la entrada de cadenas hoteleras también en el segmento".