El impuesto será de dos euros por persona y noche hasta un máximo de 10 días para los clientes que se alojen en campings, establecimientos rurales, casas de huéspedes, habitaciones alquiladas, casas y apartamentos turísticos y hoteles de una, dos y tres estrellas.
En el caso de los establecimientos de cuatro y cinco estrellas, la tasa será de tres euros por persona y noche.
El consistorio ha explicado que el objetivo de este gravamen es "sostener económicamente el esfuerzo que lleva a cabo la ciudad en la organización de los servicios urbanos" y garantizar a los turistas una "mejor acogida y mejores servicios".
Además, el Ayuntamiento ha precisado que este impuesto se aplicará también a "todos aquéllos que hayan reservado y pagado anticipadamente su estancia a través de una agencia de viajes o de un operador turístico y que, por tanto, a su llegada al establecimiento hotelero hagan entrega del bono por la reserva prepagada".
Asimismo y, dado que la característica principal del gravamen no es el servicio turístico que se recibe, sino el "mero hecho de alojarse en uno de los establecimientos de la ciudad", la tasa también se aplicará a todos aquéllos que, en virtud de acuerdos contractuales, no paguen el servicio turístico (por ejemplo: guías, conductores de autocares turísticos, etc.). Por el contrario, estarán exentos del gravamen los niños menores de dos años.
Por último, el consistorio ha apuntado que todavía no se han aprobado las normas de actuación por parte de la Concejalía de Roma, por lo que los datos proporcionados "podrían ser modificados".