El hotel, de 266 habitaciones, ha sido objeto recientemente de un programa de inversiones considerables y ofrece 12.000 metros cuadrados de superficie para reuniones, además de contar con diversos servicios como un restaurante, bar, gimnasio y piscina.
La directora de Hoteles Starman, Felicity Black-Roberts, manifestó que todo se ha hecho de acuerdo a "la estrategia de desinversión" que llevan a cabo. Además, añadió lo "satisfechos" que están con la venta de la propiedad.
Por su parte, el director de Jones Lang LaSalle Hotels, Robert Seabrook, señaló que la operación confirma el "fuerte apetito" de los inversores por el mercado hotelero de Londres.