En la actualidad se pone el énfasis en alcanzar con reiteración, el logro de un seguro horizonte 2022. Poniendo el logro de dicho objetivo, en creer en una importante tendencia recuperadora de los datos que se alcanzaron durante el año 2019. Año previo a la pandemia, sufrida. Momento rupturista de un sensible crecimiento histórico.
Sin duda hemos de creer, que debemos pensar que dichos valores se identifican con un posible horizonte favorable. E incluso recuperador de los logros alcanzados durante momentos muy favorables vividos en un pasado reciente. Con proyección representativa con base a los primeros meses de la evolución histórica del Turismo español.
Como consecuencia se ha de considerar, que dichos valores responden a una tradicional evolución del turismo en España. Difícilmente alterada negativamente por las condiciones que hemos de vivir determinantes de dicho período. Pero sin duda de una peligrosa temeridad, por creer con tozudez en la continuidad de tendencias no cambiantes. Que inicialmente se perciben y que vienen a repetirse en los núcleos receptores más importantes del Turismo español.
Según las perspectivas actuales, y desde la credibilidad del Gobierno, se espera alcanzar este año el 100 % del PIB turístico del año 2019
Desde algunas posiciones del mercado, según las perspectivas actuales, y desde la credibilidad del Gobierno, se espera alcanzar este año el 100 % del PIB turístico del año 2019. Sin embargo, desde una posición favorable, pero no tan positiva - dentro de la cual se ha movido el turismo- es prematuro estimar en estos momentos de comienzos del año 2022 el logro de dicho resultado. Lo cual podría resultar bastante optimista, por causa de la aparición negativa de la suposición de la aparición de nuevos factores adversos, que ahora comienzan a sensibilizar el mercado durante el próximo verano. Con profundas influencias negativas, amenazantes, desde diferentes escenarios que se proyectan a medio y largo plazo.
Repercusión de la influencia muy adversa de la guerra de Ucrania. Caída de los indicadores macroeconómicos influyentes de los países de la Europa occidental. Profunda crisis financiera de proyectado derrumbe social y político. Inflación acelerada por causa de la debilidad de los recursos energéticos. Y desempleo amenazante, causante de graves crisis sociales y políticas. Como consecuencia es oportuno fijar dicho escenario en un entorno predictivo más afín, con el resultado turístico del pasado reciente. Posiblemente más cercano a los valores del año 2021.
Por tanto, sin duda, los resultados obtenidos durante el primer cuatrimestre del año 2022, enormemente esperanzadores sobre la proyección esperada, pueden frustrarse de modo significativo, y romper las esperanzas e ilusiones consideradas hasta ahora. Rotas lamentablemente por las perspectivas anunciadas, por causa de los diferentes factores que, de modo amenazante, pueden comenzar a influir negativamente, en lo que resta del año 2022.
Es realmente temerario en el marco de la proyección actual, afectada hasta ahora por un excelente primer cuatrimestre, vivido durante los primeros meses del año 2022, suponer un valor global del turismo internacional para dicho año muy optimista. Teniendo como horizonte y expectativa posible, los valores alcanzados hasta finales del mes de abril. Sin duda, por causa de los resultados que se han alcanzado para el periodo global, correspondiente al primer cuatrimestre del año 2022. Teniendo en cuenta los diferentes flujos de la demanda.
Los resultados de la Semana Santa. Los puentes finales de numerosas festividades promovidas históricamente. El aumento de los viajes en los entornos rurales de profunda atracción y belleza. El aumento y aprovechamiento del tiempo libre de las familias durante los fines de semana, compensando la degradación del mercado del bienio anterior. La promoción intensiva y promoción de hermosos espacios naturales atraídos por climatologías atrayentes. Y la recuperación del mercado por causa de la reducción de los efectos de la pandemia, todo ello ha creado un entorno de atracción turística de enorme interés, con proyecciones en estos momentos muy favorables. Pero hemos de poner a partir de ahora mayor atención. Porque lamentablemente, oscuros horizontes aparecen en nuestro porvenir. Reduciendo los favorables horizontes que adornaban nuestro futuro turístico. Hasta este momento pleno de posibilidades y esperanzas.
Manuel Figuerola
Profesor emérito de la Universidad de Nebrija