El referéndum de 2017 marcó el punto álgido del movimiento soberanista en Cataluña. Las imágenes de violencia de aquel 1 de octubre, de las que se hicieron eco medios de comunicación de todo el mundo, así como la inestabilidad política de los meses posteriores, dieron la voz de alarma en la industria.
Los grandes
lobbies turísticos del país
advirtieron del dramático impacto que previsiblemente tendría la amenaza independentista en el destino,
mensaje respaldado por el Gobierno central. Incluso la Organización Mundial del Turismo (OMT), con un recién llegado Zurab Pololikashvili al cargo de secretario general,
llegó a hablar de una caída del Turismo internacional de hasta un 20%.
Cataluña lidera el crecimiento del gasto turístico en España
Sin embargo, la evolución del destino desde aquel 1 de octubre dista de estos presagios iniciales. Si bien es cierto que en la recta final de 2017 se produjeron fuertes retrocesos tanto en la recepción de turistas internacionales como en el gasto de los mismos (la mayor caída corresponde a diciembre, con un 14% menos de llegadas y un descenso del 6,7% del gasto), la tendencia se ha ido corrigiendo en el presente año.
En los siete primeros meses de 2018, Cataluña lidera la recepción de turistas extranjeros, alcanzando la cifra de 11 millones de llegadas, lo que supone un ligero descenso interanual del 2,2%. Pese a lo negativo de esta variación, hay que tener en cuenta que el destino España en general se ha visto afectado por la recuperación de países competidores. En total, el país ha recibido en el mencionado periodo 47 millones de turistas internacionales, igualando la cifra de 2017. Además de Cataluña, Comunidades punteras como Canarias y Baleares también han sufrido caídas (-2,6% y -0,4%, respectivamente).
En relación al gasto de los turistas internacionales, llama la atención que Cataluña lidera el crecimiento con una tasa positiva del 7,1%, superando en los siete primeros meses de 2018 los 11.832 millones de euros. Le siguen de lejos la Comunidad Valenciana y Madrid, con tasas respectivas del 4,6% y 3,6%. La Comunidad ha conseguido este gran aumento gracias a la atracción de turistas de mayor poder adquisitivo. Y es que el desembolso medio de sus visitantes asciende a 1.075 euros, un 9,5% más que hace un año.
ACAVE y el Gremi d’Hotels de Barcelona hablan de un cúmulo de factores
Preguntado por los efectos de la amenaza independentista en el Turismo, el presidente de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVE), Martí Sarrate, considera que
"el tema político no ha tenido mucho impacto". "Además, tenemos que tener en cuenta que se han producido muchas otras cuestiones que pueden haber afectado, como los problemas de El Prat, los actos vandálicos contra el Turismo, el lamentable atentado y las huelgas de taxis", apunta.
Según sostiene, "la situación del destino está dentro de toda normalidad profesional y empresarial, ofreciendo todos los servicios contratados con una gran calidad". Es más, afirma que "la situación política no ha perjudicado el atractivo turístico de Cataluña y el discurso que defienda lo contrario, es demagógico". Al respecto, acusa a determinados medios de comunicación de intentar
crear "un alarmismo desmesurado", advirtiendo que "las consecuencias son para todos: la imagen del país, los empresarios turísticos y la propia economía".
Barcelona ‘está perdiendo reputación turística’
En el caso concreto de Barcelona, la situación sí es más preocupante.
Según estimaciones del Gremi d’Hotels de Barcelona, la facturación hotelera
se ha desplomado un 14% en los meses de julio y agosto, mientras que en el acumulado del año la caída es del 2,5%. Su presidente, Jordi Clos, reconoce que la ciudad condal "
está perdiendo su reputación turística basándose en tres indicadores importantes: los artículos en medios internacionales que se hacen eco de los conflictos relacionados con la actividad turística; las advertencias de países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá sobre los riesgos de viajar a Barcelona durante los próximos meses; y la pérdida de posiciones de la capital catalana entre las ciudades mejor valoradas del mundo".
En su opinión, detrás de esta pérdida de reputación hay un cúmulo de factores: "el
posicionamiento negativo del consistorio hacia la actividad turística de la ciudad; el incremento de la inseguridad; la proliferación de las actividades ilegales; el aumento de las actitudes incívicas en las calles; y la falta de limpieza en diferentes espacios públicos". Aparte de estos elementos, Clos apunta otros factores que también han lastrado al destino Barcelona, como "la inestabilidad política, las huelgas del aeropuerto de este verano y los atentados de hace un año".