Durante los meses de julio y agosto, la media de pérdida de facturación fue del 14%, viéndose especialmente afectadas las categorías de lujo, con una caída que se situó en el 18,5%.En el acumulado del año, de enero a agosto, la ocupación se sitúa en un 81,5%, lo que representa un 2,5% menos que el año 2017. Y el precio medio es de 134,47 euros, un 7,3% menos que el mismo período del año pasado, con una disminución de la facturación del 9,6%.
La entidad lamenta los episodios incívicos de este verano, que han contribuido a proyectar una imagen negativa de la ciudad
El presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona ha señalado que Barcelona “está perdiendo su reputación turística basándose en tres indicadores importantes: los artículos en medios internacionales que se hacen eco de los conflictos relacionados con la actividad turística; las advertencias de países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá sobre los riesgos de viajar a Barcelona durante los próximos meses y la pérdida de posiciones de la capital catalana entre las ciudades mejor valoradas del mundo”, tal como queda reflejado en el informe anual de City Recibe Trak, donde Barcelona ha pasado del octavo lugar al decimoquinto.
Jordi Clos ha explicado que esta pérdida de reputación “es fruto de la suma de diferentes factores. Por un lado, en el marco de la actuación municipal se concretan en el posicionamiento negativo del consistorio hacia la actividad turística de la ciudad; en el incremento de la inseguridad; en la proliferación de las actividades ilegales; en el aumento de las actitudes incívicas en las calles y en la falta de limpieza en diferentes espacios públicos”.Aparte de estos elementos, Clos ha apuntado otros factores que también han contribuido a la pérdida de reputación de la capital catalana, como “la inestabilidad política, las huelgas del aeropuerto de este verano y los atentados de hace un año”.
Además, Jordi ha repasado los incidentes más destacados que han tenido lugar este verano en Barcelona. Episodios como la agresión de un vendedor del top manta a un turista estadounidense, el aumento de los robos de relojes de lujo a las puertas de los hoteles, el incremento de las bandas de ladrones organizadas y la proliferación de comportamientos incívicos han contribuido a dar una imagen negativa de Barcelona a los ojos de la opinión pública internacional. Clos también ha lamentado la situación insostenible, producto del incivismo que se ha vivido este verano en diversos barrios de la ciudad, especialmente en la Barceloneta.
El reto de relanzar la marca Barcelona
Ante este escenario, el Gremi d’Hotels de Barcelona ha hecho un llamamiento al Ayuntamiento de Barcelona y al resto de instituciones para relanzar la marca Barcelona. Jordi Clos ha explicado que “no hay que inventar nada, lo único que hay que hacer es gestionar bien la ciudad con una estrategia y un proyecto claro y ambicioso, imponiendo un cambio de criterio respecto a los sectores turísticos y de ocio, para ayudarles a desarrollar su actividad”.
También ha añadido que “la ciudad ha de generar una oferta de alta calidad, intentando no aumentar la oferta turística de nivel bajo, que conlleva el crecimiento de turismo que no nos interesa”.El presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona insta a que el 100% del impuesto turístico se destine a la promoción de la ciudad de Barcelona, ya que “esto no significa sólo ir a buscar gente sino también utilizar los recursos para tener ordenada la ciudad”.