Sin embargo, a primeros del pasado mes de mayo, tras la publicación de los resultados del paro los diferentes voceros, se han rasgado las vestiduras diciendo: "¡Claro! Este año la Semana Santa ha caído en marzo y se adelantaron las contrataciones laborales en Turismo".
¿En qué quedamos?
Considero que
ya es hora de que el país valore la actividad turística y sus idiosincrasias de una vez. Y una de ellas es la alta tasa de contratación, inevitablemente temporal —en especial en el sector de la hostelería y también en algunos sus diferentes subsectores—. O sea, que el país tan solo es consciente de su importancia cuando el Turismo no contrata.
En muchos países, Estados Unidos, por ejemplo, hay enormes facilidades para hacer y deshacer contratos ¿Qué pasa en el nuestro? Tan anclado en un contrato fijo, que generalmente tan lleno de cortapisas para el contratante como para el contratado. Estoy seguro que si no fuese así, la contratación en la industria turística sería aún mayor, aunque en algunos momentos puntuales, también más volátil.
Fijémonos en el absentismo laboral o el falso paro, ¿por qué no?