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NEXOTUR | OPINIÓN EDITORIAL

¿Un buen año para la intermediación?

martes 27 de diciembre de 2016, 07:00h
¿Un buen año para la intermediación?
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Algo no ‘cuadra’ en las estadísticas. El "positivo balance" de CEAV, según el cual 2016 habría sido un "año histórico", en el cual el emisor español "ha recuperado las cifras anteriores a la crisis", contrasta con el mal comportamiento del consumo de viajes y la negativa valoración que hace del año la mayoría de turoperadores generalistas.
Salvo en el segmento de grandes viajes, la venta de viajes organizados en 2016 fue inferior a la del año precedente, según ha podido saber NEXOTUR, pese a que grandes turoperadores afirmen que ha ido mejor.

Y aunque el margen ha mejorado sobre la media de rentabilidad, esta mejora aún está lejos de situarse en el nivel precrisis.

Por otra parte, el contexto de inestabilidad política de este año sin Gobierno (o de Gobierno en funciones, para puridad) agostó la temporada alta, que, tras una esperanzadora venta anticipada, acabó pinchando para los destinos domésticos, a diferencia del buen comportamiento mostrado por los viajes al extranjero.

2016 ha sido un año dominado por los dientes de sierra en nuestra demanda interna, con el consumo (y la inversión) lastrado por una gran incertidumbre política, suscitada por el eventual acceso al Gobierno de una alternativa radical. Y parece incompatible que, ante un comportamiento del consumo tan desigual, los viajes y vacaciones de los españoles hayan crecido a niveles históricos y "precrisis", por mucho que algunos indicadores proclamen lo contrario.
¿Para cuándo el Observatorio que sirva de indicador fiable?

Y no se trata de cuestionar las declaraciones del presidente de CEAV, que coinciden con las estimaciones dadas por Grupos y Asociaciones en el Debate NEXOTUR que se celebró en el Salón TurNexoMadrid, sino contrastar los datos, anteponiéndolos al filtro del sentido común. Sesgo que sirve también para poner en cuarentena una chocante "conclusión" de Familitur, según la cual la mayoría de los viajes (el 53%) se realizan los fines de semana y en los puentes, desplazando al verano y Semana Santa. Un auténtico dislate, salvo que consideremos "viajar" a salir el domingo en coche con la familia a la casa del pueblo o a una segunda residencia, aceptando así pulpo como animal de compañía, ya que tales desplazamientos son totalmente ajenos a la industria turística.

Lo cierto es que la durísima crisis que ha diezmado el consumo, es dual. Así, mientras la mayoría de los profesionales y autónomos de la actividad privada han visto seriamente mermado su poder adquisitivo, a causa de la reducción del salario medio y del alto endeudamiento, dos millones y medio de funcionarios y empleados públicos conservan tanto sus salarios como la garantía del puesto de trabajo de por vida. Lo cual les permite mantener un buen nivel de consumo, al igual que las clases altas, a diferencia del resto de la población española.

Esta dualidad, que explica la desigualdad y alimenta el populismo no solo en España sino en todo Occidente, también explicaría (al menos en parte) la esquizofrenia que ha caracterizado la demanda en este complejo año.

¿Para cuándo el Observatorio del Sector que sirva de indicador fiable de la coyuntura de la intermediación?

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