Aunque no es la primera vez que el programa del Imserso sufre retrasos, los perjuicios que ello supone para las agencias de viajes son evidentes. Pero el daño será todavía mayor para muchos hoteleros, que planifican la apertura de numerosos establecimientos en función de la contratación de la UTE concesionaria del Imserso; la cual obviamente no puede cerrar contratos hasta no tener la certeza de que tal adjudicación lo sea en firme.
Cuestión aparte es cómo afectará esta situación a los transportistas, ya sean compañías aéreas o de autocares. Baste decir que la programación de los vuelos domésticos, tanto de Air Europa como de Iberia y sus filiales (Vueling e Iberia Express), dependen en buena parte de que se confirme o modifique la concesión del programa del Imserso.
Están en juego, por tanto, tanto las cuentas de resultados de nuestros grandes transportistas como la apertura (o no) de muchos hoteles, la actividad en las agencias de viajes y, por ende, miles de puestos de trabajo del Sector. Sin olvidar, claro está, las vacaciones de nuestros mayores. Una patata caliente, que podría estallarle al Gobierno en pleno periodo electoral, si se utiliza como ariete político.
Al margen de la guerra sucia librada por determinados medios, que hacen del chantaje informativo su principal argumento de venta publicitaria, y el juicio virtual al concesionario del Imserso, plagado de infamias, injurias y difamación —siempre desde el anonimato— a cargo de comentarios a cargo de mercenarios de la (mal) llamada reputación online, lo ocurrido en el Imserso pone de manifiesto la enorme rivalidad entre los líderes del transporte aéreo.
De un lado Iberia, que tras despedir a 5.000 empleados y hacer una reducción histórica de sus costes, vuelve al mercado, intentando recuperar rutas y la cuota de mercado que había perdido.
Y de otro Globalia, cuya compañía Air Europa ha crecido como nunca, y cuenta con el aval, la garantía y la potencia que le da contar con el mayor turoperador español (Travelplán) para armar programas de turoperación, el principal banco de camas de hotel (WelcomeBeds) para contratación de alojamientos, y la red de agencias más grande del mercado español (Halcón) para la comercialización.
El Gobierno, que no debía haber permitido que el programa del Imserso representara tan lamentable espectáculo, tiene el reto de resolver cuanto antes la adjudicación (el Tribunal que la ha anulado depende de Hacienda), y poner fin a la incertidumbre que comparten ciudadanos, empresas y profesionales del Sector Turístico.
Este vodevil del Imserso debe resolverse ya, con las garantías que merecen el Turismo y nuestros mayores.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.