En total, 35 establecimientos hoteleros han recibido este sello, impulsado por la Dirección General de Turismo, que tiene como objetivo posicionar en el mercado una oferta turística singular, de alto valor añadido, que combina el alojamiento confortable con una oferta gastronómica de cocina catalana con raíces en el territorio.
La especialidad gastronómica se engloba dentro de un modelo turístico de calidad que quiere dar respuesta a las necesidades del turismo actual. Se trata de conservar la personalidad, la identidad y los productos del territorio, darlos a conocer y ofrecerlos como un valor añadido.
En esta línea, durante su intervención, Torres ha destacado que "desde el Gobierno apostamos continuamente por el turismo de calidad, pero tenemos que ser conscientes que para atraer una demanda de cierto nivel hemos de disponer de una oferta de calidad. El proyecto que hoy presentamos se enmarca dentro de esta filosofía".
Por su parte, Muro ha declarado que "proyectos como el sello de hoy son un buen ejemplo de cómo mediante la colaboración entre el sector público y privado se pueden conseguir grandes objetivos".
Por parte de los Hoteles Gastronómicos ha hablado Vicenç Fajardo, del Hotel La Plaça de Madremanya, que durante su intervención ha querido destacar que "nuestro trabajo es dedicarnos cada día a nuestro territorio y a la gastronomía, y que nos ayuden a impulsar este trabajo es de agradecer".
La Dirección General de Turismo ha trabajado en la creación de esta especialidad, que complementa su labor de apoyo al turismo interior, junto con tres entidades: la Asociación Cases Fonda de Cataluña, CIM Hotels y Costa Brava Verd Hotels. Además, el Institut Català de la Cuina también ha participado en la definición del proyecto.
Proceso de certificación
El sello de Hotel Gastronómico es de carácter voluntario. Pueden optar a este distintivo los establecimientos de pequeño formato (con un máximo de 60 habitaciones y 120 plazas), que estén dados de alta en el Registro de Turismo de Cataluña (RTC), y que cumplan con los cuatro ejes principales de la certificación:
- Gestión familiar: el establecimiento debe tener un trato personalizado y los propietarios tienen que estar al frente de la gestión diaria.
- Alojamiento de calidad y confortable: el edificio debe estar en buen estado de conservación y mantenimiento; las habitaciones deben tener un buen nivel de confortabilidad y prestaciones, como por ejemplo agua envasada, lencería de buena calidad y artículos de acogida en el baño; y los espacios del comedor y del bar tienen que tener un buen nivel de confortabilidad.
- Oferta gastronómica de calidad: el establecimiento debe ofrecer, como mínimo, el servicio de desayuno y cena, y puede ofrecer también un menú gastronómico; la oferta gastronómica debe incluir, como mínimo, un 40% de platos de cocina catalana, tiene que seguir el ciclo de las estaciones e incluir productos frescos y de temporada, y como mínimo el 40% de productos utilizados en la elaboración de los platos deben ser de calidad y de productores autóctonos y de proximidad; además, como mínimo el 51% de la carta de vinos tiene que ser catalana, y el vino de la casa debe ser también catalán.
- Dinamización territorial a nivel económico y cultural: el establecimiento debe disponer de información actualizada de los servicios que proporciona; debe tener identificados los productos locales con Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) e Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), y debe hacer difusión de la cultura y los productos de la zona; además, el web del hotel debe tener información actualizada de su oferta Gastronómica y de la carta, así como de las actividades que se ofrecen al territorio, ya sean lúdicas, culturales, gastronómicas o enológicas.
Cualquier establecimiento hotelero que cumpla estos requisitos puede presentar su solicitud ante la Oficina de Gestión Empresarial. El sello tiene una validez de cuatro años, y por lo tanto transcurrido este tiempo el establecimiento hotelero puede optar a solicitar la renovación.