La OMT sostiene que el actual sistema, en vigor desde 2008, ha sido un obstáculo significativo para el Turismo del Reino Unido y ha causado a la vez importantes distorsiones en los mercados. Así, señala que ha provocado que volar a destinos de larga distancia sea notablemente más caro debido a que el impuesto aumenta en función de la distancia del vuelo. Como consecuencia, "se han interpuesto barreras significativas al desarrollo del Turismo en esos destinos distantes, que dependen principalmente de los viajes aéreos, y se ha puesto freno al mismo tiempo a la competitividad turística del Reino Unido en los mercados emergentes", lamenta.
"Aunque los impuestos constituyen un instrumento fiscal fundamental, crece la preocupación por la proliferación de tasas sobre los viajes y el "Turismo que distorsionan los mercados y actúan como barreras al comercio, dificultando la libre competencia entre destinos", afirma el secretario general de la OMT, Taleb Rifai. Por ello, entiende que "la medida es una noticia muy bien acogida y confiamos en que la economía del Reino Unido, así como las economías de los destinos con fuertes vínculos, se beneficien de esta decisión".
El anuncio de Reino Unido de que revisará la tasa por pasajero aéreo sigue a reformas similares introducidas en países como Irlanda, Alemania, Australia y Países Bajos. Australia, por ejemplo, ha congelado recientemente su tasa por circulación de pasajeros (PMC por su sigla inglesa).