Resulta sorprendente que, en un mundo tan gremialista, sean legión quienes claman por la liberalización de la venta de viajes. "No se puede poner puertas al campo", claman quienes interpretan como gremialismo la legítima defensa de los intereses de las agencias, que realizan las Asociaciones. Pero si hay algún sector dinámico es el de los profesionales de la comercialización turística.
De hecho, detrás de casi todas las iniciativas de comercialización heterodoxas suele haber el título-licencia de una agencia. Pasó con las agencias de Bancos y Cajas, que transgredían los Reglamentos promocionando viajes en entidades financieras, siempre con una agencia detrás haciendo el trabajo. Y hoy vuelve a pasar con Renfe, cuya plataforma de venta directa en Internet gestiona una agencia de viajes online.
Ante las acusaciones de las Asociaciones, que cuestionan el uso de la palabra ‘Viajes’, preceptiva de las agencias según los Reglamentos, o de utilizar pólvora del rey de la publicidad institucional para publicitar esta web, Renfe se defiende argumentando agravios comparativos, ya que otros transportistas desde hace años hacen lo mismo, vendiendo viajes a través de sus plataformas en la Red.
Así, frente a la lógica del Asociacionismo, que invoca el respeto a la Ley, se esgrime el derecho consuetudinario de quienes quieren hacer lo que otros ya están haciendo.
La primera consideración que cabe hacer es respetar el legítimo (y obligatorio) ejercicio que llevan a cabo las Asociaciones empresariales, en defensa de los intereses generales de las agencias. Y no cabe descalificar por gremialista a un Sector que si por algo se caracteriza es por su dinamismo y capacidad de adaptación a los nuevos tiempos.
No es fácil encontrar un sector en donde los proveedores sean tan poco respetuosos con el status quo del distribuidor, como en el del Turismo. Al igual que la experiencia demuestra que, al final de la partida, la fuerza de venta continúa dependiendo de quien tiene el producto y conoce al cliente. De hecho, detrás de estas iniciativas (casi) siempre hay un agente de viajes.
Los proveedores están obligados, como los agentes, a respetar la legislación (la que haya en cada momento) porque este es el marco legal o son las reglas del juego.
Y las agencias que están detrás, aportando producto y dando cobertura, han de dejar de jugar a ir por libre, ya que aunque sean online, son y serán agentes de viajes.
Rentabilizar las plataformas en Internet de transportistas es tan legítimo como la exigencia de respeto a la legislación vigente, que invocan nuestras Asociaciones. Al igual que es esencial que se respeten los territorios.
Proveedores y distribuidores no sólo están obligados a convivir, sino que han de saber ver el valor del otro. Los agentes de viajes son (y serán) esenciales como fuerza de ventas, y no hay atajos en este axioma.
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