Aunque estaba previsto que expirara en abril de 2010, la CE considera que persiste el riesgo de atentados con explosivos líquidos y todavía no se dispone de escáneres que los detecten. Las restricciones se introdujeron en noviembre de 2006 tras descubrirse en Reino Unido un plan terrorista para hacer estallar al menos siete aviones en pleno vuelo entre Londres y Estados Unidos usando explosivos líquidos.
Bruselas aboga además por facilitar la situación de los pasajeros en tránsito en la UE que hayan comprado líquidos en las tiendas duty-free de un aeropuerto extracomunitario. Así, por ejemplo, una persona que haya adquirido un líquido en Singapur y haga escala en Madrid para ir a Miami no deberá deshacerse de él.