Fuente: ©️ División de Análisis de Prensamedia
España inicia septiembre con el Turismo convertido en motor indiscutible de la economía, tras alcanzar cifras récord de llegadas internacionales en 2023 y 2024. El nuevo curso político pone sobre la mesa retos estratégicos: sostenibilidad, gestión de la saturación, diversificación de mercados, digitalización del Sector y mejora de la calidad del empleo.
Récord de llegadas y liderazgo económico
En 2024 España recibió casi 94 millones de turistas internacionales, superando niveles prepandemia y consolidando al sector como pilar económico clave, con un peso superior al 13% del PIB. Para 2025 las previsiones apuntan a un nuevo máximo (rozando o alcanzando los 100 millones) impulsado por la recuperación de mercados emisores tradicionales (Reino Unido, Alemania, Francia) y la apertura progresiva a mercados asiáticos y latinoamericanos. El reto es traducir este volumen en un impacto positivo y sostenible para las economías locales.
Sostenibilidad y gestión de la saturación
La masificación en destinos como Barcelona, Baleares o Canarias ha reactivado protestas ciudadanas y debates políticos sobre el modelo turístico. El nuevo curso exigirá medidas de gestión de flujos, regulación de viviendas turísticas, diversificación de destinos y políticas medioambientales que reduzcan la huella del sector. La sostenibilidad ya no es un valor añadido, sino una exigencia para mantener la licencia social del Turismo.
Calidad del empleo y formación
El empleo turístico ha recuperado niveles récord, pero sigue marcado por la temporalidad y la rotación. El gran desafío del curso político es mejorar la calidad laboral, con medidas de estabilidad, formación continua y adaptación a la digitalización. La profesionalización del Sector y la mejora de las condiciones laborales serán claves para garantizar la competitividad a largo plazo.
Innovación y digitalización
El Turismo español encara una transformación tecnológica decisiva. La inteligencia artificial, el big data y la gestión de la experiencia del viajero en tiempo real están redefiniendo la industria. España necesita acelerar la digitalización de pymes turísticas, impulsar la conectividad digital en todos los territorios y consolidar plataformas de promoción internacional basadas en innovación.
Diversificación de la oferta y cohesión territorial
La concentración turística en determinados puntos del país genera desequilibrios territoriales. El curso político debería impulsar la diversificación de la oferta hacia destinos de interior, turismo rural, cultural y de naturaleza, para repartir los beneficios del sector y reforzar la cohesión territorial. La España vaciada ve en el turismo una oportunidad de desarrollo que necesita apoyo institucional.
Gobernanza y cooperación público-privada
El nuevo curso exigirá un refuerzo de la coordinación entre administraciones —Estado, Comunidades Autónomas y municipios— y el sector privado. La gobernanza turística será clave para implementar medidas efectivas en regulación de viviendas turísticas, promoción exterior, formación y transición ecológica. La colaboración público-privada aparece como una condición indispensable para afrontar los grandes retos.
Conclusión: un Sector en expansión que busca equilibrio
El Turismo español afronta el curso político con cifras récord y liderazgo internacional, pero también con tensiones sociales, laborales y medioambientales que amenazan su sostenibilidad futura. El gran reto será consolidar el crecimiento cuantitativo sobre el cualitativo: un modelo turístico capaz de generar aún más riqueza, cohesión social y respeto al entorno. El otoño marcará la agenda de reformas necesarias para asegurar que España siga siendo líder turístico mundial en un contexto global cada vez más competitivo.
Fuente: ©️ División de Análisis de Prensamedia