El grado en Turismo sigue siendo una de las opciones académicas con mayor número de egresados en España: 3.299 titulados finalizaron sus estudios en 2019, según el informe U-Ranking 2025 elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie. En un mercado laboral dinámico, caracterizado por la creación de más de 2,5 millones de empleos entre 2020 y 2024, las cifras de inserción de estos egresados ofrecen una mezcla de luces y sombras que vale la pena analizar con detalle.
Uno de los indicadores fundamentales del informe es la tasa de afiliación a la Seguridad Social, que mide cuántos egresados están trabajando cuatro años después de terminar la carrera. Para los titulados en Turismo, esta tasa alcanza un 74,9%, lo que significa que casi tres de cada cuatro graduados en 2019 estaban dados de alta en la Seguridad Social en 2023. Este resultado es superior al de muchas titulaciones del ámbito de humanidades y artes y muestra que el sector turístico, pese a su fuerte impacto por la pandemia, ha mostrado una notable recuperación en los últimos años.
Sin embargo, los indicadores cualitativos de inserción laboral sitúan al grado de Turismo entre los 10 peores del ranking general. Específicamente:
- Adecuación empleo-formación: Solo el 19,3% de los egresados trabaja en un puesto que requiere formación universitaria, lo que implica que más del 80% está sobrecualificado o subempleado.
- Base media de cotización: Los ingresos también son bajos en comparación con la media del sistema. Los titulados en Turismo tienen una base media de cotización de 25.480 euros anuales, lo que los coloca entre los 20 campos con peores ingresos, muy por debajo de los 31.000 euros de media del conjunto de grados.
Este desajuste entre formación e inserción real genera una pérdida de retorno educativo, y puede tener un impacto en la satisfacción, motivación y estabilidad laboral de los titulados.
A pesar de estas debilidades, el Sector Turístico ofrece una amplia diversidad de nichos y oportunidades emergentes: digitalización de la experiencia del viajero, turismo sostenible, gestión de destinos inteligentes, o turismo de bienestar y salud. Estos subsectores requieren perfiles capaces de adaptarse, emprender e innovar, habilidades que aún no se trabajan suficientemente desde la universidad.
El informe nacional GUESSS España 2023/2024, elaborado con la participación de 71 universidades y 78.889 estudiantes españoles, muestra que solo un 12,3% del estudiantado universitario planea emprender al acabar la carrera, y un 22,7% lo contempla a medio plazo. Además:
- El 68,4% nunca ha recibido formación emprendedora.
- Solo el 7,7% tiene una empresa activa.
- El clima universitario para emprender se valora en 4,2 sobre 7.
Estos datos reflejan una carencia sistemática de competencias emprendedoras que podría ser especialmente relevante para titulaciones como Turismo, donde muchos egresados acaban creando sus propios negocios, desarrollando proyectos culturales o gestionando pymes.
El emprendimiento no debe concebirse únicamente como la creación de una empresa, sino como una forma de pensar y actuar que potencia: creatividad, liderazgo, iniciativa, resolución de problemas, gestión de la incertidumbre y el trabajo en equipo. En el caso de los estudiantes Turismo, esto puede traducirse en nuevas oportunidades en: diseño de rutas experienciales, plataformas digitales de viajes personalizados, consultoría de sostenibilidad para destinos, o startups de movilidad turística o restauración, entre otras alternativas. Además, el intraemprendimiento —innovar dentro de organizaciones ya existentes— es otra vía fundamental para que los egresados se conviertan en agentes de cambio, incluso sin fundar una empresa propia.
Los egresados en Turismo de 2019 se han insertado en el mercado laboral con una tasa de afiliación aceptable, pero enfrentan serias dificultades en cuanto a calidad del empleo, salarios y ajuste entre formación y ocupación. Lejos de resignarse, estos datos deben servir de impulso para transformar la formación académica hacia una mayor orientación práctica, sostenible y emprendedora. Dotar a los estudiantes de Turismo con competencias emprendedoras y transversales no solo ampliará sus salidas laborales, sino que los capacitará para crear valor, innovar e impulsar la transformación de uno de los sectores más estratégicos de la economía española.