Se espera que la demanda de Turismo y hospitalidad de lujo crezca más rápido que cualquier otro segmento
El Sector Turístico ha logrado sobreponerse a la pandemia y volver incluso con más fuerza que antes, tanto es así que se estima que el gasto en viajes represente aproximadamente el 9% del PIB global de este año gracias a un total de 7.898 millones de euros. Según el estudio 'El estado del Turismo y la industria hotelera 2024' de McKinsey & Company, la mayor cantidad de viajes, los nuevos mercados de origen, la búsqueda de experiencias, la mayor demanda del Turismo de lujo y la adaptación de los destinos turísticos son las tendencias que están marcando este crecimiento.
Y es que, en un contexto de una mayor demanda de los consumidores, viajar ha pasado de ser un interés a una prioridad: el 66% de los más de 5.000 consumidores encuestados afirman que están más interesados en viajar ahora que antes del COVID-19, tendencia que se observa en todas las franjas de edad aunque el porcentaje incrementa conforme disminuye la edad.
En este sentido, el Turismo doméstico es el que ha ganado más protagonismo desde la pandemia, representando actualmente el 75% del mercado global de gasto en viajes. En cuanto al Turismo internacional, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, China y Francia siguen siendo los emisores más importantes según McKinsey & Company ya que reúnen el 38% del gasto turístico internacional. No obstante, regiones como Europa del Este y el Sudeste Asiático esperan crecimientos interanuales del 7% hasta 2030 y países como India del 9% hasta ese mismo año.
Este mayor número de mercados de origen supone una gran oportunidad para las empresas turísticas y los destinos ya que pueden captar "nuevas demandas y adaptar sus estrategias a un panorama en constante cambio”, tal y como afirma Javier Caballero, socio de McKinsey & Company y líder de la práctica de viajes y Turismo para España y Portugal.
El Turismo de experiencias también está teniendo cada vez más influencia, los viajeros están dispuestos a gastarse una parte muy importante del presupuesto del viaje en experiencias, por encima del alojamiento y el transporte. Esta tendencia es más relevante cuando más joven es el turista: ante la pregunta de si “se dan un capricho” en experiencias cuando viajan, el 52% de la Generación Z dijo que sí, frente al 47% de los Millenials, el 39% de la Generación X o el 29% de los Babyboomers.
Turismo de lujo y preparación de destinos
Otro segmento muy importante es el Turismo de lujo, concretamente se espera que la demanda de Turismo y hospitalidad de lujo crezca más rápido que cualquier otro ámbito de viaje, siendo Asia el epicentro de este tipo de Turismo y también el principal mercado emisor. Además, está experimentando una redifinición de su producto y de su público.
“Los viajeros de lujo no forman un grupo homogéneo, y muchos de los mitos o arquetipos tradicionales están cambiando. Muchos turistas de lujo no son millonarios y la mayoría tienen menos de 60 años”, señala Caballero. La consultora apunta a que los turistas de lujo actuales buscan experiencias personalizadas que se adapten a sus intereses individuales, como inmersiones culturales auténticas y conexiones significativas con los destinos que visitan.
Estos viajeros prefieren opciones que promuevan la salud y la sostenibilidad y además, utilizan herramientas digitales para planificar y gestionar sus viajes, lo que muestra que las empresas turísticas de este segmento deben mejorar sus plataformas digitales y aplicaciones móviles, sin olvidar la implementación de prácticas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental de los viajes.
Por otra parte y teniendo en cuenta que la UNWTO prevé que en 2030 el número de turistas alcance los 1.800 millones, un 20% más que en 2019, es fundamental que los destinos se preparen para esta nueva realidad. El uso de datos y tecnologías para gestionar el flujo de turistas, formar suficientes trabajadores, tener claro los segmentos a atraer, redistribuir la oferta y la infraestructura para evitar la masificación, descubrir nuevos mecanismos de financiación y preservar el patrimonio cultural y natural son algunas de las premisas que deberán tener en cuenta.