El legado romano en la Península Ibérica es prácticamente infinito. No hay provincia o capital actual que no tenga, en su geografía, algún recuerdo del paso de esta civilización.
Galicia no iba a ser menos y, entre la tradición de un pueblo que sigue conquistando al turista y al residente por sus peculiaridades y riquezas, hay que homenajear, y mucho, al pueblo romano. Baños, puentes, murallas, torres, faros e incluso leyendas se esconden en la geografía gallega, mostrando cómo pasados los siglos siguen los vestigios de una cultura que ha sido clave en el desarrollo de un pueblo acogedor, valiente y con un arraigo por la terriña único. Ese arraigo que hace que, cada año, recalen en sus provincias miles de turistas buscando ese carácter único.
El Camino de Santiago, el eje que une el cristianismo con Galicia y la gastronomía
Si hay un eje conductor que ha hecho que Galicia se encuentre situada en todos los mapas históricos, ese ha sido el Camino. Y precisamente Lestedo cuenta con un papel destacado en las leyendas jacobeas -y los orígenes del cristianismo- gracias al Pico Sacro, enclave de excepción durante la traslación de los restos del Apóstol Santiago a Compostela.
Tal y como se refleja en el Códice Calixtino -considerado el libro de las peregrinaciones por excelencia-, tras haber llegado con los restos del Apóstol Santiago a Iria Flavia, sus discípulos se dirigieron hacia el Campus Stellae. En su camino, se encontraron con la Reina Lupa, dueña de las tierras de Compostela, a quien le pidieron que les facilitara un carro y unos bueyes para el traslado del cuerpo. Esta los envió al Pico Sacro, donde daba por hecho que tanto el dragón como los toros bravos que allí habitaban los eliminasen. A punto de fallecer delante de estos animales, los discípulos hicieron la señal de la cruz provocando la muerte del dragón y el amansamiento de los toros. Estos hechos provocaron que la Reina Lupa y sus vasallos se convirtiesen al Cristianismo, dejando que los discípulos continuasen su Camino a Compostela, donde se levantaría la Catedral que hoy custodia los restos del Apóstol Santiago.
Lestedo es uno de los puntos de parada de la Vía da Prata, uno de los Caminos más transitados. Cada año son miles los peregrinos que descubren esta localidad boqueixanesa, sin dejar pasar la oportunidad de descubrir ese monte sagrado, que destaca no solo por su belleza natural, sino también por su importancia en la cultura xacobea.
La Festa da Filloa de Lestedo, el homenaje al legado romano a través del paladar
Una importancia que también se entremezcla con el legado romano aun presente en la gastronomía. Este homenaje al paladar se hace celebrando la Festa da Filloa de Lestedo, que este año ha sumado su cuadragésimo aniversario con un éxito sin precedentes.
Desde que se comenzara a celebrar en 1983, esta festividad ha alargado la época de máscaras en la comarca del Ulla hasta el siguiente domingo desde el martes de Carnaval (el Domingo de Piñata), y se ha convertido en todo un referente en el calendario de las fiestas más curiosas de Galicia. De hecho, en esta 40ª edición se han repartido más de 60.000 filloas entre los más de 40.000 visitantes que se han acercado hasta Lestedo dispuestos a degustar este postre romano.
La adaptación de la receta romana
Parecidas a las crêpes francesas, la receta romana se ha adaptado en esta parroquia de Boqueixón con una mezcla (el amoado) compuesta de harina de trigo, huevos, agua y sal. Para su cocción se utilizan tanto los tradicionales filloeiros (una especie de sartenes en las que se pueden elaborar entre 4 y 7 filloas al mismo tiempo) como las modernas máquinas filloeiras, que se utilizan especialmente durante las jornadas en las que se celebra esta exaltación gastronómica. Eso sí, siempre se deben untar las superficies con tocino de cerdo, que le otorga un matiz de sabor de lo más especial a este producto, que se puede degustar solo o con rellenos tanto tradicionales como más vanguardistas.
"Este año, además, hemos incorporado la receta sin gluten, con harina de trigo sarraceno, para que las personas celíacas también pudiesen disfrutar del sabor de la Filloa de Lestedo en su día grande", indica el portavoz de la Asociación Cultural de la Filloa de Lestedo, José Manuel Lobato. Una apuesta que ha cosechado un gran éxito entre el público y que suma nuevos adeptos a una celebración que en su cuadragésima edición ha supuesto, en palabras del representante de la entidad organizadora, "un impacto económico de más de un millón de euros en la comarca durante los dos fines de semana de celebración".
En definitiva, una cita, romana, que despierta gran interés entre los turistas y que cada año sigue apostando por abrir más su influencia, superando las fronteras gallegas y españolas.