NEXOTUR reproduce de manera íntegra la entrevista, llevada a cabo por la directora de sostenibilidad de Iberia, Teresa Parejo.
P.- Es sin duda éste un tiempo de transformación, con grandes retos y mucha incertidumbre. ¿Has vivido alguna vez un tiempo tan complejo como éste?
R.- En septiembre de 2020 tomé el relevo de Luis Gallego al frente de Iberia. Para mí fue una vuelta a casa, pues ya había trabajado antes en Iberia como director financiero y de Estrategia. Fue aquélla una época complicada, aunque apasionante. Pero obviamente, nada que ver con lo que ha sido 2020; sin duda, el año más difícil, tanto en el plano profesional, como en el personal. La pandemia nos ha obligado a todos a reinventarnos de un día para otro, y también a Iberia. Pero el sector de la aviación se caracteriza por su resiliencia, su flexibilidad y su capacidad de transformación.
P.- ¿Crees que Iberia ha respondido a lo que se esperaba de ella en estos momentos?
R.- Desde el principio de la crisis tuvimos claro que nuestro deber como empresa era contribuir en la lucha contra la pandemia con todos los medios que teníamos a nuestro alcance. Los primeros meses nos centramos en devolver a sus hogares a las personas que estaban por todo el mundo; entre abril y junio y en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores, realizamos más de 50 vuelos de repatriación a más de 20 destinos internacionales, algunos de ellos inéditos para nosotros, como Manila o Sídney.
‘Nuestro deber como empresa era contribuir en la lucha contra la pandemia con todos los medios que teníamos a nuestro alcance’
También utilizamos nuestros aviones para traer material sanitario. Ahora resulta muy fácil comprar una mascarilla, pero en marzo y abril era un bien escaso para las necesidades que surgieron. Todos estábamos asustados. Creamos un corredor aéreo sanitario junto con Fenín y el Grupo Oesía entre España y China, y realizamos más de 100 vuelos entre ambos países. Y más tarde, cuando la ciencia logró encontrar la fórmula para las vacunas, también las transportamos en nuestros aviones desde Ámsterdam y Bruselas para llevarlas a las Islas Canarias, Baleares y Melilla fundamentalmente, y a países de América Latina, como República Dominicana y El Salvador.
En paralelo, durante los peores meses de la pandemia consideramos fundamental mantener una mínima conectividad con las islas Baleares y Canarias y con el resto del mundo para quienes necesitaban volar, así hemos ido modulando nuestra actividad según se iban levantando las restricciones.
P.- ¿Cómo ha afectado la pandemia a los empleados de Iberia?
R.- Nuestra otra gran preocupación durante esta crisis ha sido la seguridad y el bienestar de nuestros empleados: somos una empresa privada, que se debe a sus clientes y accionistas, y que tiene que ser en todo momento capaz de asegurar su solvencia para mantener el empleo y a las familias que dependen de esta compañía. Con ese objetivo, pusimos en marcha distintas medidas en el ámbito laboral y financiero, empezando por una importante reducción de costes y la búsqueda de nuevas vías de financiación para asegurar nuestra liquidez.
Nos acogimos también a los ERTE de fuerza mayor aprobados por el Gobierno, con un compromiso de compensación salarial a nuestros empleados durante los ocho primeros meses, sin duda los peores de la pandemia. Esto nos ha permitido adecuar nuestros costes a los niveles de actividad y, sobre todo, mantener el empleo para nuestros más de 16.000 trabajadores. Pero aún queda mucho por camino por recorrer; la crisis continúa y, por ello, seguimos trabajando incansablemente para lograr volver a la normalidad, lo antes posible.
‘Los ERTE nos han permitido adecuar nuestros costes a los niveles de actividad y, sobre todo, mantener el empleo para nuestros más de 16.000 trabajadores’
P.- ¿Crees que garantía de la salud y la sostenibilidad son incompatibles?
R.- Lo primero para nosotros es siempre garantizar la seguridad de nuestros clientes. Para ello, pusimos en marcha una serie de medidas que nos han valido la calificación de cuatro estrellas Skytrax como aerolínea segura frente al COVID-19, y nos han situado entre las 10 aerolíneas más seguras del mundo según el Safe Travel Barometre. Pero esta crisis sanitaria nos obligó a tomar algunas decisiones que, efectivamente, supusieron un cambio total en la estrategia de sostenibilidad que comenzaba ya a ser claramente visible en el servicio a bordo de nuestros aviones, pero también ha acelerado algunos proyectos en los que ya estábamos trabajando, que son muy ambiciosos, como la retirada de los Airbus A340-600, de cuatro motores y, por tanto, menos eficientes, o la apuesta por la investigación y desarrollo de los combustibles sostenibles de aviación.
La primera es parte del compromiso de renovación de flota de Iberia con aviones de nueva generación, los Airbus A330 y A350, que son hasta un 35% más eficientes que aquéllos a los que reemplazan; y la segunda, el resultado del vínculo natural de Iberia con la investigación, en tanto que la descarbonización de la aviación pasa necesariamente por la búsqueda de soluciones basadas en el avance de la ciencia.
P.- La sostenibilidad está ya en el centro de cualquier modelo de negocio que quiera tener proyección futura. ¿Hay algún otro elemento transformador que nos puedas contar que haya sido favorecido por la crisis y que sea ejemplo de adaptación a la nueva situación?
R.- Si, por supuesto. En ese afán de adaptarnos rápidamente a las necesidades del mercado, Iberia ha transformado algunos aviones de pasajeros, concretamente tres, para dedicarlos al transporte de carga exclusivamente.
P.- Sin duda eso ha debido ayudar a la compañía en términos económicos, aunque no puede haber igualado las cifras del año 2019, que fue extraordinario. ¿Y cómo ha ido el año, en términos económicos?
‘El Turismo es la sangre que corre por las venas de este país, el mayor y más rápido distribuidor de riqueza’
R.- Es de rigor, con lo que hemos pasado, hacer una mención a nuestros resultados económicos, aunque todo el detalle está recogido en las páginas de esta memoria. El año 2020 ha sido pésimo para todo el Sector, que en Iberia ha supuesto unas pérdidas operativas de 759 millones de euros. Afectando además al endeudamiento financiero de la compañía que aumentó en casi 800 millones de euros. Estas cifras reflejan la dureza de la pandemia, pero no nos deben paralizar. Así, haciendo gala de nuestra resiliencia, debemos mirar hacia adelante, apostando por la pronta recuperación económica y por la reactivación de los viajes, del turismo de nuestro país. Formamos parte de un grupo internacional muy sólido, tenemos un firme y rotundo compromiso con España, hemos diseñado una estrategia y unos planes que son los adecuados para salir juntos de esta crisis y contamos con el mejor equipo humano, los trabajadores de Iberia, para llevarlos a cabo con éxito.
P.- Javier, ha sido un placer charlar contigo y compartir la dureza de la situación, pero también el ánimo que desprendes con tu visión del futuro.
R.- El Turismo es la sangre que corre por las venas de este país, el mayor y más rápido distribuidor de riqueza y, desde Iberia, trabajaremos sin descanso, como hemos hecho siempre, para recuperar la confianza de nuestros clientes y reactivar los vuelos en un entorno. seguro y apostando firmemente por la sostenibilidad. Deseo de corazón contagiar esta ilusión y que ello anime a todos a redescubrir la pasión por viajar