Sin embargo, en la era de la digitalización de la economía, los viajeros
buscan experiencias cada vez más singulares y únicas. El viajero moderno cuenta hoy con un mayor abanico de opciones
online para inspirarse y planificar sus vacaciones. Con esto no quiero dar por muerto al ‘paquete’, pero sí augurarle una transformación que lo distará mucho del producto tal como lo conocemos hoy en día.
El ‘paquete’ de hoy debe pensarse como la posibilidad de brindar un servicio personalizado al viajero, en donde éste cuente con toda la oferta para diseñar un viaje a medida de sus necesidades. Como comentaba hace unos días el
director de eDreams Odigeo España, Javier Bellido, "
ya el 80% de los europeos contratan sus viajes online y se alejan del modelo de catálogo anual para optar por vacaciones personalizadas y flexibles".
En este sentido, el primer paso ya lo han dado algunas agencias de viajes
online al integrar los llamados ‘paquetes dinámicos’ en los que
el propio viajero puede elaborar su paquete turístico personalizado contratando en una misma plataforma el vuelo, alojamiento y el alquiler del coche más convenientes en vez de comprar un producto cerrado.
Los ‘paquetes’ tradicionales sobrevivirán algunos años y, de hecho, continuarán creciendo especialmente en países en desarrollo con cada vez más acceso al producto. También seguirán con cierta solidez en destinos de playa y con una amplia oferta hotelera. En Europa, el crecimiento se ralentarizará (se prevé pasar de los 42.200 millones a los 49.255 millones de euros en 2023 solo en ingresos de este producto). Al mismo tiempo, en economías maduras la tendencia estará orientada a conocer mucho más y mejor al viajero para poder ofrecerle productos turísticos que se adapten a su perfil, y a su vez brindarle la posibilidad de construir, con unos pocos clics, su propia experiencia turística.