Hoy son muchos los clientes que viajan con aplicaciones móviles con guías de destino. Nuestros guías se encuentran con turistas que, incluso antes de catar un vino, ya han sacado una fotografía a la etiqueta y miran su precio y valoración. Una tendencia imparable y comprensible… ¡No podemos esperar que lleguen a un tour y cambien sus hábitos!
La solución a este desafío se encuentra en trabajar mucho el contenido de los tours y buscar la excelencia con los proveedores. De este modo, la información que encontrará el cliente sólo reafirmará la calidad del tour.
Los guías deben tener muy trabajados los itinerarios para evitar que una búsqueda en Google ponga en duda sus explicaciones.
Tema importante también son las peticiones sobre dieta y restricciones alimentarias. Según un estudio de Ipsos en Inglaterra, el número de veganos pasó de 150.000 a 542.000 en los últimos diez años.
El mayor desafío para un guía se produce cuando los filtros durante el proceso de reserva no han funcionado y el cliente no ha aportado información. Se trata sin duda de una oportunidad para las agencias enfocadas a la calidad del servicio.
Otra tendencia que ha tenido una evolución muy rápida es la búsqueda de la fotografía perfecta. La posibilidad de compartirla con amigos y seguidores en redes hace obligado gestionar educadamente el tiempo dedicado a las sesiones de selfies y fotos.
La labor del guía seguirá siendo fundamental en el futuro. Aportan en su interacción la mayor cercanía al ámbito local para el turista… Difícil pensar que un robot emule esto.