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El sector de cruceros crece un 49% en Europa desde 2008

viernes 25 de noviembre de 2016, 07:00h
El presidente de CLIA, Pierfrancesco Vago.
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El presidente de CLIA, Pierfrancesco Vago.
El presidente de la sección europea de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), Pierfrancesco Vago, señala que el negocio de los cruceros en Europa ha crecido un 49% desde 2008 hasta 2015. Y la tendencia es al alza.
En 2015, 123 cruceros de 39 compañías navegaron por aguas europeas transportando un total de 6,6 millones de pasajeros, es decir, un 3% más que el año anterior. Y el número de embarcaciones con viajeros europeos aumentó en 4,5%. Esto significa que unos 6,1 millones de turistas continentales opta por el crucero para sus vacaciones.
Los europeos que prefieren el mar son alemanes e ingleses

Del total de pasajeros europeos, más de la mitad proviene de Alemania y Reino Unido (27% cada país), un 12,3% de Italia, un 9,3% de Francia y un poco más del 7% de España. El resto procede de los demás países. Los principales mercados, teniendo en cuenta el lugar de embarcación, son Italia (que tiene una cuota de 32,7%), España (20,9%), Reino Unido (17,3%), Alemania (9,6%) y Francia (5,1%).


Un negocio que genera miles de empleos

"El sector de los cruceros está aquí para perdurar en el tiempo, ya que cada vez atrae a más europeos y genera un mayor crecimiento económico", explica Pierfrancesco Vago. Así, detalla que el aporte de este industria a las economías locales sumó el año pasado casi 41.000 millones de euros, 2% más que el 2015. El año último unas 11.000 personas entraron a trabajar en el negocio de los cruceros, que sumó un total de 360.000 empleados.

Sin embargo, el representante de CLIA comenta que "aunque el sector está listo para continuar creciendo en Europa, nos enfrentamos a una serie de retos comunes que es necesario abordar para garantizar que la industria navegue por la vía correcta". Se refiere, por ejemplo, a cambiar el Código de Visados de la Unión Europea con el objetivo de fomentar la llegada de turistas extranjeros a Europa, a una aplicación más coherente de la legislación medioambiental de la Unión Europea y a una reforma portuaria que prevenga la creación de barreras en aguas continentales.