Y no es descartable que el abaratamiento que ha experimentado el petróleo (y por tanto del queroseno) vuelva a hacer accesibles los destinos turísticos del Caribe.
Si a ello se añade la irrupción de mayoristas pequeñas, como la nueva AquaHolidays, en la operación chárter del verano, con uno de los dos aviones de la también nueva Plus Ultra, otro verano caliente está servido.
No es descartable que el abaratamiento del petróleo vuelva a hacer accesibles los destinos del Caribe
Como en la etapa de euforia precrisis, la temporada alta de ventas podría volver a estar dominada por la necesidad de llenar los aviones fletados, aunque sea a costa de vender renunciando a parte del margen, e incluso a todo. Un escenario que augura una nueva guerra de precios (y de descuentos) publicitada en los medios de comunicación, con el Caribe como principal exponente. Más de lo mismo.
Los dos grandes grupos, Globalia y Barceló, volverán a apostar por el Caribe y aquellas grandes distancias en las que cuentan con intereses, ya se trate de hoteles propios o de nuevas rutas aéreas. Los grupos medianos, como Wamos o Gowaii, ya sea por su propia capacidad aérea o alianzas con otras compañías, volverán a apostar por vender Caribe. Y la entrada de mayoristas independientes en la operación chárter de verano, como es el caso del nuevo turoperador de Aquatravel, abona aún más la preocupación de quienes vaticinan una nueva guerra por ganar volumen en el Emisor español, a costa de volver a ceder margen al cliente final.
El efecto dominó que podría crear la incorporación al mercado doméstico de la aeronave fletada a Plus Ultra, por la necesidad de llenarlo aún a costa de tirar precios, se une al abaratamiento de los vuelos, aunque la caída del valor del euro en países adscritos al área dólar no beneficie precisamente a estos destinos.
Está por ver si el grupo líder adopta la decisión de fijar un precio mínimo o la propia dinámica del mercado obliga a los grandes del Sector a responder a ofertas a la baja con bajada de precios.
La fuerte recuperación del Emisor, que —contra todo pronóstico— parece haber recuperado la gran capacidad de compra que tenía antes de la crisis, se nutre de la paradoja de que este verano sea tan caro ir a las islas como al Caribe.
¿Estamos, por tanto, ante un verano caliente como en los tiempos de bonanza? Todo apunta a que así es. Aunque la dinamización del consumo de viajes y vacaciones en España depende también de la recuperación de la confianza, y ello está directamente ligado a tener un Gobierno estable que asegure una cierta percepción de estabilidad, algo esencial para la decisión de compra.
Sería hipócrita cuestionar a los pequeños y medianos operadores por hacer lo mismo que hicieron sus mayores. Sean bienvenidos, por tanto, los nuevos actores. Y una competencia que, ya lo sabemos, es consustancial con la comercialización turística en nuestro mercado emisor. Cuestión aparte es que tirar precios o ceder el margen al cliente suponga un suicidio para muchas empresas.
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