Los desfiles se desarrollaron en un marco futurista con música que envolvía a los invitados y modelos que bajaban por los ascensores de cristal del hotel. Una puesta en escena que consiguió impresionar al sector de la moda como referente de innovación, y convirtió al hotel en un concepto de espacio revolucionario que apuesta por el mundo de la cultura como es la promoción de la moda.