No obstante, el texto aún debe ser ratificado por la Eurocámara y el Consejo de la Unión Europea antes de entrar en vigor. "Las negociaciones han sido muy difíciles, pero al final hemos tenido éxito", destaca el eurodiputado Peter Liese, uno de los que ha liderado la negociación. Con este acuerdo se busca reducir las emisiones de CO2 que produce la aviación.
El cambio normativo pactado por el Parlamento y los Estados también incluye la obligatoriedad a los Gobiernos de que informen sobre cómo gastan los ingresos recaudados de las subastas d derechos de emisión. " Una crítica frecuente es que el dinero que estamos generando por la va a los bolsillos de los ministros de finanzas y que, por tanto, no tiene nada que ver con el cambio climático", reconoce Liese. "Con la nueva legislación, el uso de este dinero se hará de forma transparente y los Estados deberán informar sobre a qué lo destinan", añade.