Como explicaba a esta editorial en una de sus últimas entrevistas concedidas a los medios de comunicación, Pedro Zaragoza nació el 15 de mayo de 1922 y de joven se trasladó a Barcelona, donde cursó los dos primeros años de la carrera de Náutica para después trabajar en diferentes ocupaciones como la de operario en una fábrica de abonos minerales, en la localidad de Zarza la Mayor en Cáceres.
En 1949 volvió a Benidorm debido a la muerte de su padre y se encontró con una situación en la que había dos grupos enfrentados, que aspiraban a la alcaldía del pueblo. Un año después, según sus propias palabras, "el gobernador civil Jesús Aramburu me pidió que aceptara el cargo de alcalde como una tercera vía y por tres meses".
En aquella época, la ciudad que hoy es un referente en el sector turístico y en ocupación hotelera, no tenía más de 1.700 habitantes y Zaragoza consideró el desarrollo del pueblo basándose en sus dos elementos de riqueza fundamentales: el sol y el mar. Para ello, propuso una comisión de vecinos para el cuidado de la costa y la atención a los turistas ‘pioneros’. Se modernizaron las infraestructuras públicas, el agua corriente llegó a los hogares y se construyeron depuradoras de residuos.
Dos años después de haberse convertido en alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza se encontró con el problema del uso del biquini en las playas ya que por entonces la prenda de baño estaba prohibida por el franquismo. El alcalde optó por autorizar su uso en las playas y en todo el término municipal de la localidad y además emitió un decreto sancionador para todas aquellas personas que insultaran a las mujeres que lo vestían.
Después de conocer esta iniciativa, "determinados" responsables de la dictadura y de la Iglesia impulsaron su excomunión, un hecho que motivó a Zaragoza a viajar en Vespa hasta el Palacio del Pardo donde fue recibido por Franco, que apoyó la propuesta y con quien comenzó una relación de amistad.
Promoción de la ciudad
Otra de las ideas de este prócer del Turismo fue la promoción de la localidad alicantina valiéndose de métodos especialmente originales en aquellos años como la invitación a un matrimonio de ‘esquimales’ y a sus dos hijos, que llegaron con todos los gastos pagados y un cartel que habían paseado por todos los aeropuertos del continente en el que podía leerse el nombre de Benidorm.
Después de haber ejercido durante 17 años como alcalde, Pedro Zaragoza ocupó otros cargos como el de diputado provincial, presidente de la Diputación de Alicante, responsable de la Dirección General de Actividades Turísticas o procurador de las Cortes. Entre sus diferentes condecoraciones figuran la Medalla y la Gran Cruz del Mérito Civil, la Medalla de Oro y la Encomienda de Cisneros o la Medalla del Mérito Turístico en Oro. Durante el congreso de CEHAT en Málaga, el pasado 2004, Zaragoza recibió, junto a otro de los grandes del Sector, Enrique Talg, un emotivo homenaje por su labor desde la Hotelería española.