Las aerolíneas, aeropuertos, proveedores de servicios de navegación aérea y fabricantes se han comprometido a mejorar la eficiencia de combustible en un 1,5% anual hasta 2020, limitar las emisiones de CO2 a partir de 2020 y reducirlas al 50% para 2050. Algunas aerolíneas ya han advertido que el beneficio medio ambiental se verá afectado por los elevados costes de los permisos de emisión para el sector, que tendrá que sumar un nuevo gasto "inútil e improductivo".
El costo inicial para el sector será de cerca de 900 millones de euros en 2012, según la estimación de IATA. Según el director general de la asociación, Tony Tyler, "IATA no se opone al comercio de emisiones, apoyamos este concepto, pero el enfoque unilateral en el seno de la Unión Europea (UE) no puede ser más equivocado". Por ello, reclama a los gobiernos europeos que trabajen en el proyecto de cielo único europeo, que permitirá reducir en 16 millones de toneladas las emisiones de CO2.
También otras tres asociaciones han mostrado su indignación por las declaraciones realizadas por la comisaria responsable de Cambio Climático, Connie Hedegaard, quien aseguró que las aerolíneas se verán beneficiadas por las rebajas en el régimen de comercio de emisiones. Grosso modo, la Asociación Europea de Aerolíneas (AEA), la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IACA), y Aerolíneas Europeas Regionales (ERA) destacan que la Comisión Europea "está completamente equivocada" y que lejos de beneficiarse del sistema, "una compañía aérea tendrá que adquirir el 27% de sus permisos en el mercado". A su juicio, esto "dificultará que se invierta en nuevas tecnologías y en biocombustibles".