La actividad económica que llevan a cabo las empresas del sector turístico "está estrechamente relacionada con la conservación de diversos atractivos naturales, culturales y sociales", lo que supone el desarrollo "de una serie de actuaciones encaminadas a no agotar ni modificar sustancialmente estos recursos buscando un equilibrio", según el gabinete jurídico de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Garrigues.
Las cadenas hoteleras, así como otras compañías asociadas al Turismo, "tienen un gran margen de acción para contribuir a la sostenibilidad de su entorno físico, por ejemplo reduciendo el consumo energético o de agua potable en sus establecimientos", según asegura la consultora de Garrigues-Medio Ambiente, Celia García. De la misma forma, se puede "orientar la cadena de aprovisionamiento de estas compañías y a los propios clientes hacia la adquisición de bienes y servicios producidos en el entorno de forma respetuosa con el medio ambiente", concluye.
A la hora de implantar las políticas de Responsabilidad Social Empresarial, García recomienda que el primer paso sea "diagnosticar, desde un punto de vista interno y externo, los puntos críticos y las oportunidades de la empresa en diferentes áreas como el gobierno corporativo, el entorno laboral, la comunidad, la protección y eficiencia medioambiental, la gestión de la calidad y de las relaciones con los clientes, el control y evaluación de la cadena de aprovisionamiento o la generación de riqueza para el accionista y la sociedad".
Después de esta primera fase, según la consultora, se recomienda que se apruebe "una política de RSE, el diseño de una estrategia en la que se establezcan las líneas concretas de actuación, la identificación de unos indicadores para evaluar el cumplimiento de los objetivos definidos y el diseño de un plan de comunicación mediante la publicación de informes o memorias de sostenibilidad".
Diferentes estrategias
Las compañías hoteleras pueden llevar a cabo su función empresarial "colaborando en la conservación del entorno natural mediante la aplicación de un conjunto de medidas, entre las que se encuentran, en primer lugar, las relacionadas con el cambio climático y la eficiencia energética", afirma Delia García.
Los hoteles pueden adoptar en esta materia medidas "como la reducción de la demanda de energía en la envolvente de los edificios, el mejoramiento de los sistemas de climatización o la incorporación de fuentes energéticas renovables donde sea posible".
En segundo lugar, la implantación de sistemas de gestión ambiental es, según la consultora medioambiental, "una de las medidas más comunes adoptadas por los hoteles, así como la evaluación de proveedores con criterios sociales y ambientales, la creación de productos verdes, el buen uso del agua o la gestión correcta de los residuos". En este caso, existen muchos certificados ambientados que acreditan el compromiso medioambiental de los hoteles como las Norma Internacional ISO 14001, la ‘Q Verde’ o el reglamento europeo EMAS.
Por último, Delia García afirma que los establecimientos hoteleros "pueden desarrollar proyectos conjuntos de promoción y desarrollo sostenible con otros actores turísticos como turoperadores, ONGs o redes de empresas locales, llevar cabo campañas de comunicación y sensibilización sobre estas materias o ejecutar acciones destinadas a mejorar las relaciones laborales, las condiciones de trabajo o la suscripción de compromisos sociales".