El acusado se alojó en el Hotel Bahía de Santander desde el 26 de diciembre de 2008 hasta el 7 de enero de 2009 y, además de los gastos propios de la suite ocupada por la familia, realizaron otros en distintos servicios del hotel.
A su marcha, la factura ascendía a 4.982 euros y el acusado firmó un cheque por valor de 5.000 euros, a sabiendas de que la cuenta asociada al talonario no tenía fondos para hacer frente al pago. El cheque fue devuelto y el hotel tuvo que hacer además frente a unos gastos de 100 euros.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial le ha condenado a seis meses de cárcel y a indemnizar con 5.082 euros al hotel (el importe de la factura más los gastos bancarios).