Tras dos años al frente de Baluarte, ¿cómo valora su gestión durante este periodo?
Contento y prudentemente optimista a pesar de las dificultades de los tiempos. Viniendo del sector de las telecomunicaciones en un entorno multinacional, el cambio a trabajar en Pamplona es grande. Pero trabajar por la tierra de uno tiene un factor de motivación poco equiparable a otras experiencias laborales y por lo tanto solamente puedo estar contento y agradecido de la oportunidad. Son tiempos de trabajar el doble para obtener la mitad, pero la necesidad de creatividad, de colaboración a todos los niveles, de redefinir esquemas aparentemente inamovibles enriquecen mucho la gestión. Las oportunidades se crean, se buscan y el futuro, con los indiscutibles problemas que tenemos, puede ser esperanzador.
¿Cuáles han sido las principales medidas que ha tenido que tomar como director?
Tenemos dos ámbitos muy diferentes de actuación. Como Auditorio y centro cultural, el IVA cultural al 21% cambia dramáticamente una situación ya de por sí difícil con un retraimiento de los ingresos por taquilla. Una redefinición de espacios, formatos, precios y públicos objetivos en la promoción propia, un mayor acercamiento al riquísimo entramado cultural local y fórmulas alternativas de contratación han permitido mantener e incluso aumentar la actividad, que en términos de espectáculos estará por primera vez en 10 años por encima de 180 eventos, con un incremento esperable de público en el entorno del 4%, situándonos en los 150.000 espectadores.
A nivel congresual, un esquema de funcionamiento diferente tras la disolución del Pamplona Convention Bureau nos ha permitido mayor protagonismo y flexibilidad en la acción promocional y comercial del destino Pamplona, con un paso firme en 2013 hacia la internacionalización, que comienza a dar sus frutos. La perspectiva para final de año es de poder terminar en 150 eventos con más de 200.000 asistentes, donde cobran renovado protagonismo las ferias, en máximos históricos de citas y visitantes.
Baluarte cubre con una muy reducida y estable plantilla la actividad en el edificio, y eso entre otros motivos ha permitido poder adecuar el perfil de gasto al de ingreso, de tal manera que se ha podido mantener el equilibrio en términos de beneficio operativo sin recurrir a reducciones de personal. Se actúa lógicamente sobre los costes fijos, pero en gran medida el foco de la estrategia es la apuesta por el crecimiento, por encima de recortes en una estructura, a mi juicio, bastante eficiente.
El pasado mes de octubre Baluarte celebró su décimo aniversario. ¿Qué nivel de actividad congresual ha tenido el recinto durante estos 10 años?
El período 2006-2008 vio casi 200 eventos por año, cifra que se vio sensiblemente reducida en 2009, llegando a un mínimo en 2011. A partir de 2012 se recupera una tendencia de crecimiento moderado. Creo que para una ciudad mediana como Pamplona, es una cifra razonable. No obstante, creo que hay mucho por hacer en la atracción y creación de eventos.
¿Están satisfechos con estos resultados?
En su justa medida, y sin ningún tipo de autocomplacencia. Creo que hay muchas vías de crecimiento basadas en la cooperación entre instituciones y público-privada, en la creatividad y en la internacionalización que posiblemente debieran haberse acometido antes, y el tránsito por el período de crisis hubiese sido algo más liviano. Pero nunca es tarde.
Y respecto a su faceta como auditorio, ¿qué balance hace?
Nuestra faceta de auditorio tiene mucho peso, ya que gestionamos también la Fundación Baluarte, brazo de programación propio, además de los alquileres culturales a promotores externos. Pamplona es una ciudad con una tremenda tradición en artes escénicas y de música en particular. A modo ilustrativo, podemos citar dos ejemplos: el Orfeón Pamplonés y la Orquesta Sinfónica de Navarra (Antes Pablo Sarasate), que son el coro y la orquesta más antiguos de España. El volumen de representaciones para una ciudad con menos de 300.000 habitantes en su área metropolitana es alto: dos ciclos de abono de orquestas (Sinfónica de Navarra, Sinfónica de Euskadi), los abonos propios de la Fundación Baluarte con ópera, música sinfónica y coral, teatro, danza y música amplificada… espectáculos promovidos por el Gobierno de Navarra o el Ayuntamiento de Pamplona, asociaciones como Gayarre Amigos de la Ópera, Ópera de Cámara, Corales de Cámara, promotores privados… constituyen una amplia oferta que ilustra que efectivamente había una demanda para una dotación de estas características. Pienso que siguen existiendo nichos de programación y públicos objetivos poco explorados.
¿Qué tipología de eventos es la más usual en Baluarte?
Los eventos culturales suponen algo más del 50% en número. Del resto, reuniones, convenciones y congresos suponen de media 130 eventos anuales, 10 ferias y cinco exposiciones.
¿Cuáles son sus principales clientes? ¿Y de qué mercados emisores?
En el ámbito no cultural, los eventos de carácter regional tienen el mayor peso, con una suma del nacional e internacional del 15% en términos numéricos. A nivel de facturación, nacional e internacional suponen el 42%, con una influencia del sector médico del 20%.