"Vuelve a llover sobre mojado, ya que tanto el alcalde como la Junta de Andalucía vuelven a rebajar y, por tanto, a malvender la gestión del palacio de congresos", ha señalado Puentedura. En concreto, se ha referido a la reunión mantenida entre Torres Hurtado y el consejero de Turismo de la Junta, Luciano Alonso, en la que se ha concluido que se va a sacar un nuevo pliego en el que se rebajen las condiciones del concurso para optar a la gestión privada de la institución.
Además de la reducción del canon de 4.200.000 euros que se establecía en el primer concurso, el nuevo contrato supone que la gestión de una empresa privada pase de 20 a 25 años, ha apuntado el candidato a la alcaldía. Esta nuevas condiciones han levantado las quejas del grupo municipal de IU, por lo que presentarán una iniciativa en el Ayuntamiento de Granada, exigiendo al alcalde y la Junta de Andalucía que se replanteen la situación del palacio de congresos e insistiendo en la propuesta de que la encargada de la gestión sea la empresa municipal de eventos globales GEGSA.
Una medida que, ha señalado Puentedura, "permitiría al palacio acudir a bonificaciones fiscales y plantear una garantía de estabilidad a los trabajadores gracias a la gestión pública". Dicha iniciativa, también traería consigo "una polivalencia a estos empleados, que podrían trabajar también en otras instalaciones de GEGSA, evitando, así, que el capítulo de personal se convierta en una carga que genere déficit en el palacio de congresos".
Situación de los trabajadores del palacio
Por otro lado, Puentedura ha mostrado su preocupación por el futuro de los trabajadores del palacio de congresos. "Aunque se haga una subrrogación de los trabajadores, como anuncia el alcalde justificando que quien se haga cargo del palacio se hará también cargo de los empleados, esto no es garantía de nada ya que se les puede despedir en cuanto se desee".
Si bien el contrato del concurso que ha quedado desierto, establecía la obligatoriedad de crear un Plan de Estabilidad para los trabajadores, el edil de izquierdas teme que, con un nuevo contrato con condiciones a la baja, no se siga manteniendo la prioridad de garantizar dicha estabilidad. Por tanto, cree que podría llegarse a optar por la creencia de que se flexibilizará al máximo las condiciones para la empresa privada.