El destino Barcelona (y, por extensión, los de Cataluña y del resto de España) está sufriendo el impacto de la imagen proyectada por los disturbios de independentistas radicales en los grandes mercados emisores europeos. En temporada alta del MICE, el Sector ve con preocupación el absoluto desinterés de la alcaldesa sobre los efectos que esta imagen de inestabilidad está teniendo sobre Barcelona como sede de eventos y destino turístico urbano. Barcelona no merece esto.