El turismo religioso mueve a millones de personas cada año
Este congreso parte de una convicción clara: el turismo religioso, aunque a menudo considerado un turismo menor, es en realidad un fenómeno masivo que moviliza a millones de personas. Sitios sagrados como Roma, Jerusalén o el propio Camino de Santiago son visitados por millones de peregrinos cada año, muchos de ellos sin identificarse como tales, lo que oculta su impacto real. A través de diversas ponencias y casos prácticos, la organización ha querido visibilizar el enorme potencial transformador de estas rutas, que no sólo atraen a personas por motivos espirituales sino que también inciden de forma directa en el patrimonio cultural de los territorios que atraviesan.
"Lo que hemos querido con este congreso es ir profundizando en cómo las peregrinaciones impulsan un turismo de todo tipo de personas mientras que se relacionan con la cultura, inciden en el medioambiente y potencian la gastronomía en todos los lugares del mundo" comenta Alejandro Rubín, canciller de la Orden del Camino de Santiago. "Lo que pretendemos es decir que el turismo religioso es una parte muy importante del sector, que hace que se genere riqueza y desarrollo en todo el mundo".
Este año, se han presentado experiencias de rutas de peregrinación en China, Filipinas o Eslovenia, subrayando el carácter universal de este fenómeno y su capacidad para generar desarrollo en múltiples regiones del planeta. La idea central que ha guiado el evento es que el turismo religioso no es un nicho, sino una pieza esencial del turismo global.
La inauguración oficial estuvo presidida por Alejandro Rubín y moderada por el Caballero Jesús Ares, en una jornada que arrancó con la presentación de una alfombra floral artesanal creada por la Asociación de Alfombristas de Ponteareas, como símbolo de la riqueza cultural gallega. A lo largo del día se sucedieron ponencias de alto nivel, como la de Enrique Lillo Alarcón, quien habló sobre el Camino de Künig, o la presentación de planes estratégicos para la revitalización del Camino Mozárabe y la Vía de la Plata, a cargo de Emma González, del Instituto de Desarrollo Económico de Ourense. También se presentó el proyecto “El Camino Inglés: Cultura, Turismo y Comunidad”, liderado por Antonio Leira Piñeiro, de la Diputación de A Coruña.
El Gran Camino Inca
Uno de los momentos más relevantes de la jornada fue la conferencia del director de NEXOTUR, Eugenio de Quesada, experto en turismo religioso iberoamericano. Su intervención se centró en el Gran Camino Inca y el papel del chasqui, figura emblemática del Imperio Inca, como símbolo de un turismo espiritual y cultural que conecta a América Latina con las grandes rutas de peregrinación del mundo.
De Quesada planteó una comparación clave: el chasqui es al Camino Inca lo que el Apóstol Santiago representa para el Camino de Santiago. Ambos son caminos sagrados que vertebran identidades, culturas y creencias, y que hoy tienen el potencial de consolidarse como productos turísticos multidestino. El experto propuso esta visión originalmente en el marco de Futuralia, foro para la sostenibilidad medioambiental del turismo, y fue discutida posteriormente con ministros de turismo de Iberoamérica en CIMET, lo que pone de relieve su dimensión institucional e internacional.
En su conferencia, De Quesada expuso cómo el Qhapaq Ñan, la red de caminos del Tahuantinsuyo, constituye una infraestructura histórica comparable en riqueza y complejidad a las grandes rutas europeas, y que merece ser tratada como tal desde el punto de vista turístico y patrimonial.
Su intervención sirvió para tender puentes entre continentes y para recordar que los caminos de peregrinación, más allá de sus diferencias geográficas o culturales, comparten una misma esencia: conectar a las personas con su historia, su fe y su entorno.