Para el lobby turístico, esta situación previsiblemente afectará en mayor medida "a los mercados lejanos, en los que Barcelona ha sabido conseguir un éxito notable, con el incremento de nuevos vuelos directos a El Prat". Es más, alerta que "el Turismo cultural y el de compras, que son dos líneas medulares de la estrategia turística, se verán así especialmente afectados".
Además, lamenta que "el efecto de esta amenaza se proyectará no sólo a Cataluña, sino a toda España, ya que el viajero de Turismo cultural de mercados lejanos no visita un solo destino", sino que incluye en su plan Barcelona, Madrid, Granada y otros puntos del territorio español. "A los mencionados se une el Turismo de reuniones como uno de los más afectados, ya que el organizador de congresos y convenciones, al asumir un riesgo no sólo personal sino corporativo y colectivo, es especialmente sensible al riesgo en el destino", prosigue la Mesa del Turismo, que añade que "también habría que mencionar al turismo de cruceros, del que Barcelona es el principal puerto de cabecera del Mediterráneo".
A estas consideraciones sobre los posibles efectos en la afluencia turística, que como avanzó el ministro de Industria, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, empiezan a ser una realidad, hay que añadir "el impacto negativo del proceso de independencia en la propia actividad de las empresas turísticas". "Si ahora se está analizando cómo hacer frente a la amenaza para el tráfico aéreo entre Reino Unido y la Unión Europea por el Brexit y la consiguiente ruptura del cielo único europeo, lo mismo ocurriría con la independencia de Cataluña, que quedaría excluida de este espacio común", argumenta. Asimismo, apunta que "las inversiones en activos turísticos quedarían negativamente afectadas al quedar fuera del ámbito financiero del euro y del marco del Banco Central Europeo".