El dominio de la región Asia-Pacífico frente al resto del mundo, el creciente valor profesional de la agencia de viajes tradicional o la mayor generación de ingresos por servicios complementarios serán, según el estudio ‘La fiebre del oro de los viajes 2020’, publicado por Amadeus y Oxford Economics, las tendencias que aflorarán en el sector del viaje durante la próxima década. Dicho informe revela que la recuperación del Sector Turístico se está produciendo de manera desigual, siendo Europa una región que sigue mostrando signos de debilidad y donde hay mayor incertidumbre.
Así, en la próxima década la región europea experimentará un crecimiento de turistas más bajo, un 3,3% anual, mientras que las llegadas de turistas a Asia-Pacífico crecerán una tasa media del 5,8%, hasta representar el 22% del total de entradas en 2020. En concreto, las llegadas a China se incrementarán un 6,7%, concentrando el 10,3% a nivel mundial.
De igual modo, el Turismo emisor asiático supondrá el 27% del total del mundo en dicha fecha y China el 5,7%. En cuanto al gasto en viajes, se espera que dicha región represente un 32%, muy por encima del 21% de 2008, mientras que el viejo continente supondrá el 41%, frente al 51% de 2008.
Nuevas oportunidades para agencias y aerolíneas
Los cambios en el Sector Turístico también se traducirán en nuevas oportunidades de crecimiento y rentabilidad para aerolíneas y agencias de viajes. Por ejemplo, la generación de ingresos por servicios complementarios supondrán hasta el 35% de los ingresos de las compañías aéreas en el futuro. Pero no sólo éstas se beneficiarán de esta nueve fuente de ingresos, ya que las agencias están estudiando vías de recaudación adicionales en relación a estos servicios.
Otra de las oportunidades que desvela el informe es la "mejor gestión de la experiencia integral del viaje". Según Amadeus, el hecho de que los viajeros demanden una experiencia de viaje sin trabas, es decir, fluido de principio a fin, parece representar una gran oportunidad de crecimiento y rentabilidad para agencias y aerolíneas. Ambos podrían centrarse en la demanda de productos subyacentes, como por ejemplo el transporte o servicios personales, y en aportar valor a través del desarrollo de soluciones de viajes totales.
Agencias como gestores de estilos de vida
Otro cambio venidero será la sustitución de las clases tradicionales de reserva por clases virtuales en las que el turista elige los servicios de su vuelo en función de sus preferencias. Asimismo, el estudio destaca que el contacto personal de las agencias de viajes tradicionales cobrará mucha más importancia. El papel de estas empresas podría evolucionar hasta convertirse en gestores de estilos de vida para sus clientes y ofrecer servicios personalizados con márgenes más altos. Desde una perspectiva más amplia, los expertos también apuntan que el papel de la agencia tradicional podría evolucionar hacia el de propiciadores de viajes y comunicaciones, facilitando, por ejemplo, reuniones de negocios a través de las videoconferencias o la venta de salas en instalaciones de los hoteles como complemento al vuelo.
Por otra parte, con la fragmentación de los perfiles de viajeros se vislumbra la proliferación de una gran número de nichos o áreas de especialización que podrían albergar grandes oportunidades de negocio para las agencias, especialmente para aquellas que ofrezcan productos innovadores. Esta especialización podría ser por experiencias, como aventura, culturales y ‘sol y playa’, o por zonas geográficas.
Finalmente, el estudio de Amadeus y Oxford Economics también revela que los cambios demográficos y sanitarios redundarán en un aumento del poder adquisitivo de los viajeros. Por ello, en los países occidentales habrá un mayor número de turistas con tiempo libre y que viajen durante periodos más largos.