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El Gremi d’Hotels apoya la propuesta de prohibición de Palma

La medida que está prevista que se apruebe en un pleno de Palma que se celebrará en julio

lunes 07 de mayo de 2018, 07:00h
El GHB entiende que esta decisión tiene que hacer reflexionar a las diferentes instituciones y agentes sociales, económicos y turísticos.
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El GHB entiende que esta decisión tiene que hacer reflexionar a las diferentes instituciones y agentes sociales, económicos y turísticos.

El GHB celebra la medida propuesta por el Ayuntamiento de Palma de prohibir de manera definitiva los pisos turísticos en edificios plurifamiliares en toda la ciudad.

Con esta norma, los propietarios de un piso o de un apartamento situados en un edificio plurifamiliar en Palma no podrán alquilar sus viviendas a turistas. Sólo se permitirá el alquiler a viajeros en viviendas unifamiliares, casas aisladas o chalets. De este modo, se convertirá en la primera ciudad de España que prohíbe estos alquileres. Esta medida se someterá durante unos meses a exposición pública y se aprobará en un pleno que se celebrará en julio.

El GHB entiende que esta decisión tiene que hacer reflexionar a las diferentes instituciones y agentes sociales, económicos y turísticos, tanto de la capital catalana como del propio Govern de la Generalitat, para que apuesten por los edificios completos de viviendas de uso turístico, un modelo de negocio, vinculado al alojamiento turístico, que fomenta la coexistencia de la actividad turística de manera respetuosa con los ciudadanos.

Ante la inminente publicación del nuevo Decreto de Reglamento de Turismo de Cataluña, el GHB alerta que la incorporación de nuevas modalidades de alojamiento turístico

De hecho, además de fomentar la coexistencia, garantiza una gestión profesionalizada. Los edificios completos de HUT’s erradican las situaciones conflictivas con vecinos de escalera y contribuyen a mejorar los estándares de calidad percibidos por los visitantes de la ciudad y, por tanto, también del conjunto del sector turístico de Barcelona. Se trata de un modelo no intrusivo con su contexto y que, garantiza un pleno control de la actividad turística que se lleva a cabo.

En este sentido y ante la inminente publicación del nuevo Decreto de Reglamento de Turismo de Cataluña, el GHB alerta que la incorporación de nuevas modalidades de alojamiento turístico a las actuales, las cuales considera que solo generarán un grave déficit de vivienda en Barcelona y, por tanto, se opone rotundamente a estas nuevas modalidades, al considerar que bajará la calidad en la prestación del servicio y agravará la convivencia entre la actividad turística y los vecinos y las discrepancias que ya se han puesto de manifiesto este último año, con especial incidencia en diversas zonas de la ciudad.

“Nos preocupa que las medidas propuestas en este Decreto, en lugar de ayudar a solucionar los problemas de convivencia que hemos vivido este último año, especialmente destacados en la ciudad de Barcelona, ayudarán a agravarlos al darse todas las facilidades para que se genere este déficit de vivienda tan importante”, ha comentado el director general del Gremi d’Hotels, Manel Casals.

Medidas a tomar

Por este motivo el GHB, ante la necesidad de no agravar e incrementar las discrepancias entre la actividad turística y los vecinos, considera que es del todo imprescindible ordenar correctamente las modalidades existentes actualmente, remarcando la necesidad de no incorporar nuevas modalidades de alojamiento turístico hasta que las actuales no estén controladas de manera efectiva.

Por otro lado, la entidad considera que no se pueden regular aquellas propuestas que son ilegalizables e incontrolables, pues sus afectaciones perjudicarían al conjunto socioeconómico de la ciudad; con afectaciones al estado del bienestar; propiciando la degradación del mercado laboral y de las garantías laborales; propiciando un alto nivel de fraude fiscal y de economía sumergida, con una reducción del impacto del gasto de un turista en el destino; fomentando la competencia desleal; con una falta de control sobre la calidad y la seguridad y la pérdida del control sobre la carga de un destino; con graves afectaciones en las comunidades de vecinos, de su desgaste y de la desnaturalización del comercio de barrio y, con un impacto directo en el incremento del precio de la vivienda que supone el desplazamiento de la población autóctona.