La actividad ilegal es ya el 20%. La denuncia del presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Juan Molas, expresada en la inauguración del Congreso de Hoteleros, es inequívoca: una quinta parte de la oferta alojativa turística está al margen de la ley.
La Hotelería, al igual que subsectores como la Comercialización o el Transporte, contempla impotente el avance de la economía sumergida, ante la pasiva complicidad de una clase política que no se atreve a reclamar a la llamada "economía colaborativa" que cumpla las reglas que imponen y exigen a las empresas turísticas.
El temor de una clase política desestructurada y dominada por el miedo a los partidos emergentes, aupados por Internet y las redes sociales, impide a los Gobiernos (tanto municipales y autonómicos como estatal y europeo) aplicar la ley a unos, mientras exigen a otros que cumplan hasta el último detalle con un sinfín de normativas. Esta dejación de nuestros gobernantes en cuestiones sagradas, como la defensa del consumidor o la recaudación fiscal, depaupera la actividad turística, degrada nuestra oferta, vulnera la libre competencia y pone en riesgo la sostenibilidad del Sector.
El Congreso de CEHAT sirve así al lobby hotelero (y al del Sector Turístico en España), alertando sobre el peligro que supone para el Estado del Bienestar esta nueva ley del embudo, que exime al amateur de cumplir las normas al tiempo de exigir su cumplimiento al profesional, en un trágala inaceptable.
"Se hace urgente una política de choque para acabar con la actividad sumergida, que ahora mismo es la plaga más importante del Sector", en palabras del presidente de CEHAT, Juan Molas. Y es que, si persiste esta doble vara de medir, el problema va a ser del Estado (por la caída de la recaudación fiscal) y la ciudadanía (por la falta de defensa del consumidor), al obligar a sumergirse a empresarios y profesionales que cumplen las reglas.
Los hoteleros, al igual que el resto del Sector Turístico, recuerdan a los gobernantes que la ciudadanía espera de ellos y de las instituciones públicas "una gestión eficaz y que lleven a cabo los mandatos que la sociedad les reclama". Hace así hincapié CEHAT en el clamor sectorial para que las disputas partidarias se realicen en los Parlamentos, evitando perjudicar al primer sector económico y generador de empleo de España. Una demanda que exige del Gobierno y la Oposición, junto a las demás fuerzas políticas, la formulación de un Pacto de Estado por el Turismo, que anhelan todos los subsectores turísticos, y en el que ya trabaja la Comisión de Turismo de la CEOE.
La reconversión de la zonas turísticas maduras, algunas con graves problemas de obsolescencia, la urgente necesidad de desestacionalización de nuestra oferta que obliga a la mitad de la planta hotelera a cerrar parte del año, la mejora de los recursos humanos a través de la formación, o la simplificación de los requisitos administrativos para que no se conviertan en obstáculos para el desarrollo turístico, son parte del mantra del líder de la Hotelería, tan fiel intérprete del sentir de los hoteleros como incómodo para los gobernantes, especialmente en los período preelectorales.
Cumple así la Confederación Hotelera con su obligación, pese a quien pese, como parte esencial de nuestra Sociedad Civil. Organizando una Cumbre bienal modélica y actuando como un eficaz lobby en defensa de los legítimos intereses de todos los hoteleros, ya sean pequeños, medianos o grandes.
Con una única voz, pese al enésimo intento de interferir del lobby de Zoreda, CEHAT ha vuelto a demostrar su vocación de servicio a todos y ese espíritu insobornable que ha convertido a Juan Molas en líder natural de la Hotelería.
Que le sea útil. Ese es nuestro mayor interés.