Thomas Cook aplicará un programa de ajuste que incluye el recorte de 500 empleos y la renegociación de contratos con proveedores. Con estas medidas el turoperador británico espera reducir los costes en cerca de 60 millones de euros. Thomas Cook reacciona así tras perder tres millones de euros en su último ejercicio fiscal, que concluyó el 30 de septiembre.
Su cifra de negocio anual ha alcanzado los 10.578 millones de euros, lo que supone un descenso del 4,1% respecto al ejercicio anterior, cuando ingresó 11.074 millones. Esta disminución de los ingresos obedece a los recortes de capacidad de invierno y a una temporada estival de menor negocio.
No obstante, sus previsiones para 2011 son esperanzadoras gracias a que las reservas para la temporada de invierno están teniendo "un buen comienzo". El consejero delegado del grupo, Manny Fontenla-Novoa, ha reconocido que el ejercicio ha sido complicado, pero augura un buen futuro para Thomas Cook debido a los planes de reforma adoptados y a la mejora del entorno económico.