El director general de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), Giovanni Bisignani, asegura que los efectos de la crisis mundial podrían llevar a las aerolíneas a perder 3.500 millones de euros en 2009. El presidente de IATA explica que la cifra se actualizará en junio, "ya que la situación se está poniendo cada vez peor".
Esta es la realidad de uno se los sectores más afectados por la crisis económica. Entre los factores que han propiciado esta situación, IATA destaca el encarecimiento del combustible, asegurando que "todavía hay aerolíneas que están pagando el petróleo a 120 dólares el barril", así como el descenso de entorno al 20% del número de pasajeros que viajan en clase business.
Más allá de este análisis de la crítica situación que atraviesa el sector aéreo, Giovanni Bisignani y el director general de Aviación Civil, Manuel Ameijeiras, han firmado un convenio por el que el Gobierno de España concede a esta asociación un estatuto asimilado al de las organizaciones internacionales. Durante el acto institucional de la firma, la secretaria de Estado de Transportes, Concepción Gutiérrez, ha destacado el carácter "prioritario y estratégico de la aviación para toda nuestra economía".
Mediante la firma de dicho convenio España reconoce a IATA un estatus que le va a permitir incrementar su presencia y actividades en el país. Uno de los objetivos de IATA es convertir a su oficina madrileña en "la mayor oficina de Europa" y, a medio plazo, en la delegación responsable de todo el hemisferio occidental.
Las aerolíneas europeas siguen perdiendo viajeros
Las compañías aéreas europeas han transportado 65,6 millones de pasajeros en los tres primeros meses del año, lo que representa un descenso interanual del 9,5%, según los datos facilitados por la Asociación de Aerolíneas Europeas (AEA). El factor de ocupación se sitúa en el 71,4%. El secretario general de la asociación, Ulrich Schulte-Strathaus, señala que "los ingresos están disminuyendo incluso más rápido que el tráfico de pasajeros". Entre las medidas adoptadas para aliviar al sector aéreo, Schulte-Strathaus alaba la decisión de la Unión Europea de permitir a las aerolíneas reducir temporalmente sus frecuencias sin poner en riesgo sus slots —derechos de despegue y aterrizaje—. "Aunque este paso es muy positivo, los aeropuertos están listos para incrementar sus tasas para mantener sus niveles de beneficios", añade el secretario general de AEA.