Salirse de los circuitos más conocidos es algo que los viajeros demandan cada vez más. En Madrid, existen numerosas opciones. Al otro lado del río Manzanares encontramos un barrio realmente interesante: Carabanchel. Allí se han instalado muchos de los talleres de artistas y galerías de arte abiertas en los últimos tiempos, como Veta. Además, cuenta con una gran oferta de restauración, donde destacan locales de cerveza artesana como La Grifería o La Fábrica de Patanel (de la marca Cervezas Patanel) y monumentos que merece la pena visitar, como los jardines nobiliarios de la Finca de Vistalegre, la modernista Colonia de la Prensa o el interesante Cementerio Británico.
En el extremo opuesto de la ciudad podemos realizar una ruta por las conocidas como las ‘Quintas’, la de Torre Arias y la de Los Molinos (esta, famosa por sus casi dos mil almendros). Son fincas de origen aristocrático que acogen diversos jardines y palacetes, comunicadas entre sí, a las que hay que sumar, muy cerca, el jardín histórico El Capricho de la Alameda de Osuna. Extenso parque donde no falta un detalle, desde palacios hasta templetes, arroyos o estanques, es un precioso ejemplo de lugar de recreo de la nobleza de finales del siglo XVIII y principios del XIX.
A la hora de viajar con niños, todas las propuestas son pocas. Junto a museos como Ikono o Museum of Illusions, merece mucho la pena visitar el Museo Naval, en pleno Paseo del Arte. Ofrece una interesantísima exposición, ordenada cronológicamente, de objetos históricos de la navegación española desde el siglo XV hasta la actualidad. También resulta una buena opción para los más pequeños la visita al Planetario, en la zona de Arganzuela. Allí podrán conocer los secretos del Universo y aprenderán mediante diferentes actividades. Además, las proyecciones a cúpula completa harán las delicias de toda la familia.
Un plan que también puede disfrutar una familia viajera es el espectáculo Wah!, en Ifema Madrid. Ofrece un pack familiar para asistir a una de sus sesiones matinales y no parar de bailar con este vibrante show que hace un repaso por la historia de la música reciente y se acompaña de una amplia oferta de restauración.
Conocida por sus museos, cualquier viajero encontrará siempre en Madrid un museo que aún no conoce. Por ejemplo, el Museo del Traje, situado en la Ciudad Universitaria y a un pequeño paseo desde la Plaza Moncloa, expone la historia de la indumentaria con piezas que van desde un jubón del siglo XVI hasta la actualidad. Cuenta, además, con colecciones de grandes diseñadores como Givenchy, Chanel o Balenciaga.
Una verdadera joya, no tan conocida, es la Real Fábrica de Tapices, muy cerca de la estación de Atocha, para conocer el funcionamiento de los talleres que realizan, aún hoy, los tapices y alfombras de la Corona. Igualmente, interesante resulta el Museo de Metro situado en la antigua estación de Chamberí, inactiva desde los años 60 y musealizada para mostrar elementos del metro de otras épocas tan llamativos como los anuncios publicitarios pintados sobre los azulejos del andén o las antiguas taquillas y cartelería.
Uno de los temas cruciales a la hora de preparar un viaje es saber dónde comer. En Madrid, la oferta es infinita, pero una de las propuestas más interesantes es la que ofrecen sus mercados municipales. En los últimos años, estos han ido paulatinamente incorporando puestos gastronómicos y actualmente son una opción fantástica para probar no solo algunos de los platos típicos de la gastronomía de la región. También abundan los locales especializados en la cocina de los cinco continentes. Estupendos ejemplos son el mercado de Tirso de Molina, en la zona de Puerta del Ángel -junto a Madrid Río-, el de Guillermo de Osma, en la zona de Arganzuela y muy cerca de Matadero Madrid, o el Mercado de La Paz, en el barrio de Salamanca.