Una de las actividades que más adeptos gana en los últimos años es el turismo. Y según explica Diogo Laranjo, director general de Hoteles Heritage Lisboa, entre los destinos más visitados por los españoles de más de 55 años, se encuentra la capital de Portugal. La razón a su juicio es que Lisboa ofrece innumerables ventajas frente a otras ciudades, para este colectivo: es una ciudad que goza de un clima suave gran parte del año; dispone de cercanía, posibilidad de ir por carretera, y buena conexión aeroportuaria desde España; su patrimonio monumental puede ser cómodamente visitado; dispone de una variada y sana oferta gastronómica; el nivel de vida y precios son muy similares a los que se tienen en España; y es una ciudad abierta que destaca por la cercanía de sus ciudadanos.
Una de las actividades que más adeptos gana entre los mayores en los últimos años es el turismo
Además de todo esto, en los Hoteles Heritage de Lisboa aportan su granito de arena para que la experiencia de conocer la ciudad sea memorable. Para ello, explica Diogo Laranjo, “contamos con unos emblemáticos edificios que desbordan historia y que mantienen viva tras su rehabilitación, para disfrutar con los cinco sentidos de los momentos de ocio, para que éstos puedan ser contados, con todo lujo de detalles a amigos y familiares y para que aumente el deseo de volver pronto a visitarnos”. También explica que en los Hoteles Heritage Lisboa, “los mayores son los clientes a los que les dedicamos mayor atención y de los que aprendemos mucho”, indica Laranjo.
Por último, para que la estancia sea aún más cómoda, han desarrollado diferentes ofertas, teniendo como factor común, en cada uno de los hoteles de esta cadena, la posibilidad de visitar hasta 20 museos lisboetas de forma totalmente gratuita. Además, los turistas mayores alojados en cualquiera de los hoteles Heritage Lisboa pueden utilizar gratuitamente el Elevador da Glória, declarado Monumento Nacional, indicado para salvar las pronunciadas cuestas de la ciudad y que une la parte baja con la alta; así como el Elevador da Bica, que establece el vínculo entre el Largo do Calhariz y Rua de São Paulo, frente a una de las laderas más empinadas de la ciudad; y en el mítico Tranvía 28, que permite recorrer el centro de Lisboa, en un tranvía construido en madera por dentro y con una cuidada iluminación.